Después de la diferentes crisis y burbujas que ha pasado el mundo contemporáneo, la pérdida del poder adquisitivos o la pérdida de valor de la moneda en absolutamente todas las monedas del mundo apareció de forma milagrosa en 2008 el Bitcoin.
El Bitcoin apareció como una moneda digital descentralizada respaldada por energía, un concepto muy similar al que propusiera el mismísimo Henry Ford, en 1921, de reemplazar el oro por una moneda energética que podría romper el control de las élites bancarias sobre la riqueza global y poner fin a todas las guerras, curiosamente es la misma idea que tenía Cecil Rhodes en su sociedad secreta.
De igual forma, la idea la propuso el movimiento tecnocrático en 1934, “ … de un sistema económico sustitutivo del capitalismo, basado en créditos de energía”
Bitcoin también está desarrollado en torno a la función de SHA256 creada por la agencia de seguridad nacional, la NSA y todo su concepto es notablemente similar a lo que se describía en un artículo de la propia NSA publicado en 1996 titulado “Cómo hacer una menta”
“Cómo hacer una menta” la criptografía del dinero electrónico anónimo.
Junto a Bitcoin se introdujo al público la tecnología blockchain una tecnología que permite que sus operaciones sean altamente rastreables por lo que no hay transacciones digitales anónimas (¡eso es lo que quiere la tecnocracia!), al punto que el artículo anteriormente citado refería a la importancia de rastrear, de ver en tiempo real los grandes movimientos de dinero, lo que luego sería bautizado como los movimientos de las ballenas, pero más allá de lo que podamos pensar, lo cierto es que gobiernos e instituciones globalistas han estado observando, pacientemente el desarrollo y crecimiento de la tecnología blockchain durante los últimos 15 años, con el fin de adoptarla para sus propósitos.
Pero surge el dilema de los banqueros parece bastante claro, como restablecer la fe en el dinero manteniéndolo controlado y distribuido desde la banca central, totalmente fuera de las influencias del mercado.
Esto se logra como siempre con un matiz psicológico, dándole un anclaje ideológico, al valor, a lo que respalda a la moneda, ¡La respuesta es el carbono! con esto a la vista la agenda resulta clara; años de tipos de interés bajos, hasta negativos, creando las burbujas de todo, hasta que un día se decidió detener al mundo avanzando así en la digitalización forzada de la ciudadanía.
Mientras tanto, se experimentaban con rudimentos de sistemas de puntaje sociales, llámese códigos QR, pases verdes, etcétera y con la oferta paralizada y las cadenas de suministros rotas, el Paso siguiente era estimular la demanda con los rescates.
Un plan que se hizo público en el 2019 con el paper de blackrock,
titulado Going Direct y finalmente llegaría al tiro de gracia, comenzando con la invasión de Rusia a ucrania y luego un conflicto global que facilitará la disrupción de la cadena de alimentos y la implementación de políticas de la división es cero, diseñadas exclusivamente para producir escases artificiales de energía y sin energía no hay economía.
Entonces el paso siguiente, ya se ha visto, quebrar el mercado de los bonos de ahí en efecto dominó afectando el sistema financiero mundial todo está listo para resetear el sistema monetario.
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