Primer relato de mi colección de historias relacionadas al encierro preventivo de por estos días. Espero lo disfruten y lo reflexionen tanto como yo.
LAS OTRAS CUARENTENAS
Lo digo en serio: el aburrimiento me mata.
Y yo busco hacer lo impensable para atacarlo.
¡EN SERIO!
Por eso todas la mañanas ante la luz de la aurora, y como si el mismísimo destino me llamara, me asomo por el balcón; la cuarentena del mundo me saluda sin apretarme la mano. Frente a mí: calles vacías… nada más que calles vacías por donde pasea el alborotado sonido de las ambulancias lejanas. Suelo sentarme en algún lugar, y mirar las entretenidas vidas en los balcones de enfrente.
¡NO, NO SOY CHISMOSO! ¡Es entretenimiento del nuevo siglo!
Por las ventanas de cortinas recogidas, mis ojos penetran para descubrir mundos ajenos. Veo niños atendiendo a la tarea o familias entreteniéndose con algún juego de mesa; ancianitos bailando algún estribillo, una pareja de gays aventándose corotos, una pareja de lesbianas arreglándose los cabellos como Shakira… y así repito el ciclo de miradas, vida tras vida, balcón tras balcón, mientras mi café se enfría y mi cigarro se consume por sí solo.
Todo los días es lo mismo, y yo me sumerjo en sus peleas, en sus bailes, en sus peinados, en sus juegos, en sus relaciones sexuales –Aquí lo ancianos son los mejores-, y en cada aspecto de sus disparatadas vidas. Me rio de ellos, sí, porque es divertido. Yo lo llamo el Netflix de la vida, cuya pantalla proyecta “Las otras cuarentenas” Es una serie sin guión, claro, pero esas son las mejores.
¡LAS MEJORES!
En el episodio de hoy, los ancianos practican acrobacias, se levantan entre sí apoyándose con las manos, y brincan como los saltamontes. ¡Esos viejitos son indestructibles! Hasta creo que los he visto levitando. En la ventana de al lado, la familia Pérez parece todo menos una familia. El niño jala los cabellos de la niña, mientras el padre los persigue con la correa y la madre atiende al teléfono. En la ventana de abajo, los gays no están, creo que una ambulancia se los llevó en el episodio de ayer. Finalmente están las lesbianas, pero hoy no puedo verlas por las cortinas, que están desmontadas. Supongo que el juego de las empanadas de anoche las dejó cansadas.
He de admitir que Las Otras Cuarentenas me han cambiado la forma de ver la vida en esta cuarentena del diablo. Y ¿quién sabe? quizás yo también sea parte del Netflix de algún individuo que me mire desde su balcón, haciendo lo impensable para matar el aburrimiento...
…Y ahora seriamente me pregunto, con toda preocupación, lo qué dirá cuando le hablo a las paredes.
#QUEDATEENCASA
First account of my collection of stories related to the preventive confinement of these days. I hope you enjoy it and reflect on it as much as I do.
THE OTHER QUARANTINES
I am serious: boredom kills me.
And I seek to do the unthinkable to attack him.
REALLY!
That is why every morning before the light of dawn, and as if destiny itself was calling me, I look out from the balcony; the quarantine of the world greets me without squeezing my hand. In front of me: empty streets ... nothing but empty streets where the rowdy sound of distant ambulances walks. I usually sit somewhere, and look at the entertaining lives on the balconies across the street.
NO, I AM NOT GLOSSY! It's new century entertainment!
Through the curtained windows, my eyes penetrate to discover otherworlds. I see children attending to the task or families entertaining themselves with some board game; old men dancing some chorus, a gay couple throwing neckties, a lesbian couple arranging their hair like Shakira ... and so I repeat the cycle of glances, life after life, balcony after balcony, while my coffee cools and my cigarette consumes itself single.
Every day is the same, and I immerse myself in their fights, in their dances, in their hairstyles, in their games, in their sexual relationships - the elderly are the best here - and in every aspect of their crazy lives. I laugh at them, yes, because it's fun. I call it the Netflix of life, whose screen projects "The other quarantines" It is a series without a script, of course, but those are the best.
THE BEST!
In today's episode, the elders practice stunts, stand up with each other using their hands, and jump like grasshoppers. Those old folks are indestructible! I even think I've seen them levitating. In the next window, the Pérez family looks like anything but a family. The boy pulls the girl's hair, while the father chases them with the leash and the mother answers the phone. In the window below, the gays are not there, I think an ambulance took them in yesterday's episode. Finally there are the lesbians, but today I cannot see them through the curtains, which are dismantled. I guess the empanadas game last night made them tired.
I have to admit that The Other Quarantines have changed the way I see life in this devil's quarantine. And who knows? Maybe I'm also part of the Netflix of some individual who watches me from his balcony, doing the unthinkable to kill boredom...
…And now I seriously wonder, with all concern, what he will say when I speak to the walls.
#STAYINYOURHOUSE
Contenido original de: @alinsonchangir