Aunado a esto tenía amigdalitis, sus amígdalas eran demasiado grandes y enfermizas. A los 4 años el pediatra me dijo que había que operarlo porque ya estaba empezando a sufrir de apnea del sueño, en este punto cuando dormía dejaba de respirar por un momento y comenzaba de nuevo repentinamente, así que la situación era más preocupante.
En vista de esto lo remitió a un médico otorrino quién al ver su caso sugirió una operación inmediata. Le hicieron los exámenes de rutina y lo operaron.
En la sala de recuperación el doctor me dijo que entrara y estuviera con él (Daniel aún permanecía dormido). El doctor me dijo, "Tómelo en sus brazos porque no hay mejor medicina para un hijo que estar bajo el calor de su mamá, háblele, cántele y verá como despierta tranquilo y seguro". Yo estaba tan nerviosa en ese momento pero hice lo que el médico me decía, y de verdad mi niño despertó sin alterarse.
Su recuperación fue muy rápida, cuando despertó del todo quiso levantarse y salir de la habitación, caminamos una y otra vez por los pasillos, estábamos asombrados por lo bien que se sentía y nosotros más felices y agradecidos con Dios y el doctor no podíamos estar.
Todo salió muy bien y hoy en día mi hijo ya con 10 años no ronca al dormir, gracias siempre a Dios!
Saludos a todos!!!