El aprendiz, cierta mañana llegó a donde su mentor -el abuelo de la playa- con líos de relaciones interpersonales. Luego de escuchar la conflictividad del muchacho, le dijo: acuérdate del -Proverbio bíblico 23: 15,16- “Hijo mío, si tu mente adquiere sabiduría, mi mente también se alegrará. Me gozaré de todo corazón cuando tus labios hablen lo correcto” y continuo… sólo el estudio de los consejos de sabios te ayudarán a moderar tu carácter; ellos son como la luz del medio día, sencillamente observa la naturaleza como ella nos ilumina con su ejemplo.
Un árbol por ejemplo, está bien afianzado en sus raíces, la tarea o misión de él es dar sombra al viajero cansado y debilitado por el sol directo. Y el viajero observador, siempre notará que los ramales son como las relaciones humanas, son necesarias para el buen vivir en comunidad. Todo está trenzado en una armónica sincronía; cuando los seres humanos imitan esa inteligencia, es cuando entienden el verdadero sentido de convivir entre hermanos que se respetan y comprenden.
¡Acuérdate, escuchar a la naturaleza es mejor a plena luz del día!
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