Esta hermosa playa, era una de las más visitadas en la Isla de Margarita cuando el turismo se encontraba en su apogeo.
La arena dorada y fina se desliza por los dedos y te hace sentir que te deslizas. Las altas palmeras generan un paisaje pacífico natural y espléndido.
Escuchar las olas romperse en la orilla es relajante y no dan ganas de marcharse de aquel lugar.
Es sin duda uno de los lugares que quisiera visitar luego de que todo se termine, cuando podamos respirar el aire puro y fresco del exterior y permitirnos sentir el agua del mar contra nuestro cuerpo, disfrutaré y abrazaré el mar como nunca antes.
Porque vivir y amar en el mar es vida.
Imágenes: Autoría propia, 2020
Cámara: Samsung J7 pro, 13 megapíxeles.
Gif editado por autor, en programa Photoshop Cs5