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Autora: Numa 26
Una mañana cualquiera, de un día cualquiera…
Estoy en mi cama, me despierto, miro alrededor y me acerco a correr la cortina, siento la brisa matutina y abro la ventana. En ese instante, siento en mi rostro, caricias tan suaves como pocas veces. Al suspirar con tanta fuerza, Jamás imaginé que tras ese gesto tan natural, iba a penetrar en mi olfato un contundente aroma a lavanda, que de inmediato, dibujó en mi mente un cúmulo de hermosos recuerdos, una sonrisa, evocando los latidos acompasados de un corazón sediento de amor. Aquellas gentiles palabras, lo sutil de su mirada y el calor que brotaba de sus tersas manos. ¡Oh…Cómo amé ese instante!...
Fui por mi desayuno y qué vi… Aquella mesa redonda colonial, y sobre ella, bien dispuesta, una hermosa y humeante taza de delicada porcelana, con un delicioso café. ¡Cuánto placer! Solamente llevo la taza a mi boca, y comienza mi nuevo viaje… Un amanecer en la posada de una exótica playa, una tardecita con mis amigos en ese lugar de tertulias acostumbrado, una noche de dolor y tristezas familiares, el placer más sagrado, cuando me dispongo a leer un buen libro, la hora de compartir con las visitas, en fin, he puesto al desnudo, mi pasión y/o adicción al “Oro negro, con leche o marrón”. Sin un buen café, no existen mañanas
Como pasan las horas, así avanza mi rutina. Por fin decidí el vestido a ponerme, para afrontar este día tan particularmente especial. He decidido salir con el traje de lunares rojos. ¡Me gusta tanto! Es de una tela muy liviana, me permite seguridad al andar, es discreto pero muy sensual, a mi paso capto miradas, gestos, muecas, piropos, uno más que otro, subido de tono, algunos con enfado, muchos con agrado. Entre todos esos ojos “indiscretos” también encuentras los que se atreven a decirte cosas que “alimentan el ego”. Pues bien, a dejar de modelar y ¡A la calle!
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Si hoy me hubiese levantado de mal humor, estoy segura de que al abrir la cortina, tanta luz me enloquecería, el olor a lavanda sólo me produciría nauseas o simplemente rechazo absoluto. Mi corazón se aceleraría del disgusto, al ver salir humo de la taza de café con sólo pensar en la quemadura a mis labios, se dispararía un bloqueo mental absoluto. Hubiese perdido tiempo, tratando de elegir un vestido apropiado para la ocasión, y obnubilada por la ira, hubiese elegido el peor. Imaginemos lo que hubiese sucedido al abrir la puerta hacia la calle
La muestra de que cuando iniciamos nuestra rutina con algún obstáculo, y no analizamos la situación de manera positiva, derribándolo, el resto del día, no será el mejor. Lamentablemente estaríamos pensando que como “Hoy me levanté con el pie izquierdo, o de mal humor, lógicamente, tampoco tendré un buen día”
Mi consejo es que analicemos todo cuanto nos pueda arruinar un bonito día. Cambiemos la manera de ver las cosas…
“En este mundo traidor, nada es verdad ni mentira, todo es según el color, del cristal con que se mira”. (Frase de Sor Juana Inés De La Cruz)
“Cuando cambiamos la forma de mirar las cosas, las cosas que miramos, Cambian”
Wayne w. Dyer