Mi historia de amor.. hecha un relato @versatilelove

Nunca hubiera imaginado que el amor podía llegar en un hospital, que se supone que es donde la gente esta chunga y todo el mundo, mas o menos, preocupado. Pero en mi caso así fue, aunque me costó un poco conseguirlos. Y lo hice, en parte, gracias a mi hermano Raúl, que se ha portado genial conmigo y a quien quiero agradecer todo el apoyo que me ha dado.

Un buen día mi hermano Raul llegó de clase hecho polvo. Le dolía mucho la barriga y estaba como mareado. Mi madre pensó que seria una especie de gripe, pero como no se le pasaba lo llevaron a urgencias, Y se lo quedaron en el Hospital, porque tenia un ataque de apendicitis. Así que lo operaron y yo iba cada tarde a verlo. He de confesar que iba porque, claro, estaba super aburrido y jugábamos a cartas, le contaba chismes y demás; pero también me apetecía mucho ver al chico que estaba en la cama de al lado, Jhean Carlos Resulta que había tenido un accidente y estaba con la pierna tiesa. O sea que cada tarde me tiraba un buen rato con mi hermano y con Jhean Carlos. Hablábamos de todo, incluido lo que queríamos hacer al acabar el colegio. Y cuando les dije que quería ser enfermera, no veáis el cachondeo que se llevaron. Como fui conociendo poco a poco a Jhean Carlos acabé sintiendo algo especial por el. ¡Si hasta me latía el corazón! a mil por hora cuando se acercaba.

¡Hora de ir al hospital! Jhean Carlos me gustaba mucho y cada vez más. Y supongo que no lo podía disimular demasiado porque mi hermano se dio cuenta enseguida, aunque como le caía muy bien estaba contento. Y es que Jhean Carlos era un encanto. Aunque estaba con la pierna hecha polvo, era súper amable y muy simpático, con cualquier cosa hacia una
broma ¡Era un chico genial!

Cuando mi hermano salió del hospital, nos despedimos de Jhean Carlos. Él aún tenia que quedarse varios días

-Ya verás como sales muy pronto, le dije.

-Eso espero. Además, ahora, sin su compañía esto va a ser un palo. A ver si puedes venir a verme, aunque no este tu hermano.

Y yo me puse como un tomate. Claro que quería ir a verlo, pero seguro que me moriría de vergüenza. Ademas, mi hermano creía que Jhean Carlos salían con alguien. ¿Y sera cierto?

Me empece a comer mucho el tarro y estuve un par de días pensando en ir a ver a Jhean Carlos. Por fin me decidí y, al salir de clase, me fui al hospital. Cuando entré en la habitación no estaba. Había otro chico. Pregunté a las enfermeras y me dijeron que Jhean Carlos había salido esa misma mañana.

¡¿¿Por qué??! Con lo que me había costado decidirme y ya se había ido. ¡Que desastre!

Volví a casa hecha polvo. Había conocido a un chico especial, un chico con el que soñaba cada noche, en el que pensaba cada día, Jhean Carlos me gustaba cada vez mas y cuando recordaba su sonrisa y sus ojos el corazón parecía que se iba a salir del pecho; aunque, al mismo tiempo, me sentí fatal porque no lo iba a volver a ver.

Volví a casa destrozada y casi llorando y mi hermano al verme, me pregunto qué me pasaba.

-He ido al hospital a ver a Jhean Carlos y me han dicho que ha salido esta mañana. ¡Cometí un error Raul! tenia tantas ganas de volver a verlo. Y ahora ya no lo ve´re nunca más. ¡Ni siquiera nos pasamos el teléfono!

-Hermanita, no todos somos tan desastre como tú. Creo que puedo hacer algo por ti, me dijo con una media sonrisa.
Me pidió que le acercara la cartera y saco un papel. ¡Era el teléfono de Jhean Carlos!

Le llene la cara de besos hasta que me aparto.

-¡Me vas a desgastar!

Y me fui directa al teléfono. Contesto una señora, su madre, y me dijo que Jhean Carlos no estaba, que a esa hora de la tarde iba a hacer recuperación. Le pedí por favor que me dijera donde iba a hacerla y me dio la dirección. Estaba tan lanzada que ni yo mismo podía creerlo.

Al día siguiente, a esa misma hora me presente en el centro de rehabilitación. Vi a Jhean Carlos caminando por una especia de cinta. Y cuando me iba acercar, una chica super mona le dio un beso en la mejilla y le acaricio la cara. Y no era un beso de hermana, eso lo puedo asegurar. Me quede paralizada y no seguí andando. Me fui.

Llegue a casa llorando y mi hermano se porto. Me consoló toda la tarde y me dijo que no me preocupara. ¡Claro es fácil decirlo! Pasaron varias semanas en las que no podía dejar de pensar en Jhean Carlos. Lo podía haber llamado por teléfono, pero sabia que salia con una chica, la del centro de rehabilitación, y no quería oírlo de su boca. Así que me resigné como pude a perder el amor de Jhean Carlos sin haberlo tenido nunca. Una tarde, al salir del instituto, me encontré a mi hermano esperándome ahí estaba, con su media sonrisa. Me acerque y me dijo:

-Creo que aquel chico de allí necesita una enfermera, pero de las buenas.

Al voltear mi rostro veo a Jhean Carlos apoyado en el coche y con una muleta. Fui hacia donde el y lo salude intentando disimular los nervios.

-Te he echado de menos, me dijo.

Mire hacia atrás y vi que mi hermano se iba con sus colegas. Fuimos a tomar algo y me dijo que la chica de la rehabilitación había salido con el pero que habían cortado antes del accidente.

-Lo que necesito es una buena enfermera ¿Aceptas el puesto?
Y nos besamos.........
-¿Eso es un si?
-¿Tu que crees?

FIN...

Hoy en día, seguimos felizmente casados...

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