Saludos y mucha salud. En el día de ayer Jueves 11/02, me levanté y me senté en la cama, le oré a mi Dios, primeramente para darle las gracias por el nuevo día y pidiendo su dirección por lo que debía hacer en este día. Luego salí y me hice mi aseo personal, me alisté saliendo enseguida a la calle, trasladándome hasta la parada del transporte público.
Cuando pasó la unidad, todos los que estaban antes de mi se pudieron montar y se fueron, solo quedé yo que era el último de la cola, que no hice el intento de montarme pues iban muy apretado uno con los otros, y con esta situación de la pandemia no es recomendable viajar así. Esperé el otro, en el cual me fuí más cómodo y seguro hasta llegar al centro, pues tenía una reunión en el INCES.
Llegando al INCES me encontré con el coordinador con quién tenía la reunión, el cual me dijo que no había llegado más nadie, solo yo, subí hasta el salón de reunión, esperé un buen rato y nadie se apareció, solo el coordinador que me dió algunas instrucciones, acerca del curso que iba dar inicio, indicándome fecha para la próxima reunión, que pasara Lavoz y me retiré.
Me fuí hasta la parada para regresar, donde encontré a cuatro personas esperando, me puse a conversar con el que estaba delante de mí. Luego llegó una joven, con la cual nos pusimos a conversar, ella sacó su lunchera y se pudo a comer, saqué el teléfono con la intención de pasarle una foto comiendo y me dijo que no quería, así que decidí enfocar hacia arriba tomarlas al firmamento donde se apreciaba un intenso sol.
Al llegar la unidad ya había una larga cola detrás de mí, pero gracias a Dios no se quedó nadie sin que se montara. Al llegar a casa con la noticia que mi esposa había ido a hacer el mercado sola, pues me estuvo esperando, pero en vista que no regresaba, decidió ir ella, logrando comprar algunas cosas, con la cual preparó el almuerzo y nos sentamos a comer.
Después de almorzar decidí tomar un descanso, pues me sentía cansado. Al levantarme, mi esposa me llama para una merienda, café con catalinas, que rico.
Terminando la tarde ya para la noche, asesoría para mí nieto, con matemáticas, pues el quería aprender a restar y con mi hijo Abraham en continuación con las asignaciones de las evaluaciones de su segundo momento.
Feliz día, y éxito en las labores cotidianas.
Me encantan las catalinas para merendar... Si a veces es mejor esperar otro ruta con todo esto que estamos atravesando y la falta de sentido de las personas, ser responsable es algo que requiere su esfuerzo.
Saludos!
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