Me llama la atención la cantidad de veces que escucho a alguien quejarse porque algo no le sale a los primeros intentos.
Cuando voy a mis clases o a cualquier actividad que participo, siempre escucho el clásico: “Es muy difícil, ya me cansé” o el otro clásico: “Felicítame, ya estoy mejorando”. Desde luego que ayudaría que te felicitaran, eso es lógico. Pero aquí el problema está en la mentalidad de la mayoría. Todo lo quieren muy sencillo en el deporte, en el trabajo, en lo estudios y en todo en la vida.
Me gustaría ver las estadísticas de las personas que no estudiaron lo que soñaban de niños, porque algún día hicieron mal sus primeros cálculos, salieron mal en un examen en la primaria o el preescolar, los regañaron y desde ahí se formaron una idea errónea de que “eran malos en matemáticas”.
Pudieron haber sido grandes ingenieros, incluso matemáticos inmortales, pero eligieron “esa carrera sin matemáticas”, que en la actualidad prácticamente todas las carreras profesionales llevan matemáticas (para colmo).
Cuando alguien me felicita por cualquier cosa que hago bien, con mucha humildad respondo con agradecimiento.
Sonrío, agradezco y pienso: “Me daría un tiro si no lo hiciera bien, luego de tantas horas de mi vida dedicadas a esta actividad”. Por eso parte del titulo de este post dice, el abecedario tiene muchas letras y lo que quiero decir con esto es que si el plan A no funciona, existe el B, C, D, E.........
Si vamos a dedicar tanta vida a una actividad, más nos vale mejorar aunque sea un poco cada día.
Tan sólo un poco de progreso, con el paso del tiempo, se convertirá en un “monstruoso” progreso en tu desarrollo personal a largo plazo. La CUESTIÓN radica en diferenciar el verdadero progreso, de la “idea mental” de que uno está mejorando, pero en la cruda realidad, no es así.
Es algo totalmente subjetivo, pero cuando alguien es bueno en algo en verdad, se puede notar, los demás lo notan tarde o temprano. La buena habilidad llama mucho la atención, da de qué hablar.
Se dan cuenta de que eres muy bueno, te lo dicen más de una vez y lo hacen distintas personas. Escucha y pon más atención a los comentarios de halagos que te hacen y ¿por qué no?, los de crítica también. Así te harás una idea más clara sobre lo que debes mejorar.
Lo importante es no querer ser grandioso a las primeras horas de práctica. Es ilógico ¿no lo crees? Y entonces, ¿por qué siempre queremos resultados buenos tan rápido?
Ese precisamente es EL Error que cometen tantas personas. Les da impaciencia, quieren ser muy habilidosos muy rápido, sin poner atención a la mejora pequeña, diaria y constante.
La mayoría quiere estar en el top de su industria, o peor aún: FINGIR estar en el TOP de su industria en anuncios de Facebook o cualquier red social. En estos momentos podrías pensar: Iris anda filoso en esta entrada de su blog.
Sólo es la verdad, estoy casi seguro de que sabes a lo que me refiero, porque tú y yo estamos hartos de los “egocéntricos” que se auto-nombraron “expertos” en sus redes sociales un día al azar.
¿Tienes idea de la cantidad de días que esas personas que hoy día cuentan con un prendimiento bien establecido tuvieron que madrugar para iniciar su entrenamiento muy temprano y luego quedar exhaustos al terminar el día?
Engañar a los demás diciendo que “eres un experto”, es como que participes en algo y no clasifiques en nada, luego de que vociferantes diciendo ser el mejor.
Si quieres, por ejemplo, un millón de seguidores en Youtube, o un millón de clientes para tu negocio y acabas de empezar hace 6 meses, con amor y educación te diría por tu propio bien: ¿En qué clase de fantasía crees que vives?
Eso es muy poco probable, la mayoría de personas con tantos seguidores (reales) y con tantos clientes, llevan mucho tiempo intentando hacer crecer su audiencia.
Se requieren varios años, incluso décadas para ser excelente haciendo algo, casi cualquier cosa. Deja de esperar resultados sorprendentes tan rápido, sólo le harás a daño a tu negocio, a tus conocidos y a tu autoestima.
En lugar de ir por ese triste camino yo te recomiendo ser paciente, constante, persistente. Sé como la hormiga trabajadora incansable que persigue su pasión sin despilfarrar el tiempo y el dinero como tu competencia, viviendo con humildad y sencillez buscando esa gran meta que quieres día tras día.
Sólo así se gana en grande, sólo así te conviertes en una leyenda. No hay atajos en ese duro camino y hay que recorrerlo paso a paso todos los días de tu vida.
Trabaja duro e inteligentemente por alcanzar tus objetivos y nunca te rindas (Recuerda si el plan A no funciona, intenta con el B y asi sucesivamente).
Si avanzas y sigues avanzando aunque sea poco cada día, es demasiado obvio que esos resultados de ensueño serán tuyos tarde o temprano.
Jamás te rindas, mucho menos al principio, y aunque lleves 50 años haciendo algo, créeme, los tiempos cambian, la tecnología avanza, los descubrimientos aparecen: Siempre hay algo nuevo por aprender y mejorar.
Creditos de la imagen: METAMORFOSIS