Si cierras los ojos y te dicen que imagines el mar con un estupendo atardecer, no importa el color que aparezca en tu mente si las sensaciones y emociones que llegan a tu cabeza te hacen escuchar el oleaje de las olas y te hacen sollozar por tus recuerdos, esos recuerdos que siempre has soñado con que vuelvan y que se han vuelto en solo eso... Sueños.
Muchos de nosotros vivimos soñando con volver a vivir aquellos momentos de nuestra infancia, en donde solo importaba correr y jugar, reír y querer volar, donde nuestros amigos eran desde los piratas mas malvados, hasta los superhéroes mas maravillosos que se podían conocer, aquella vida tan alegre eran tus amigos y los juegos, siempre acompañado de un buen desayuno y el abrazo de mama... El mar era un paraíso en donde querías vivir toda tu vida, nunca te cansabas, te despedías de el y ya querías regresar al otro día. Era algo por lo que llorabas, y todas esas sensaciones y emociones quedaron en un baúl de recuerdos que nunca has cerrado, porque siempre lo abres en la tristeza y en la nostalgia, y cuando eres adulto, estas dos emociones te acompañan y nunca te abandonan. Así pues, estas fotos me hicieron viajar a ese momento de mi vida que nunca volverá y que hoy, veo, vivo y disfruto a través de los ojos de Josué Darío.