La continuacion del libro que estoy desarrollando junto a un amigo en nuestro blog.
Aqui les dejo el link de Nuestro Blog con varios capitulos ya publicados https://lasmemoriasdeleterium.blogspot.com/ Espero que les guste.
Las Memorias del Eterium
Edad Olvidada: Capitulo 1 Parte 1
El año es 1982 han pasado 5 años desde que un recién nacido fue abandonado en la iglesia ortodoxa de Moscú, la Unión Soviética sufre una crisis económica, la guerra fría amenaza con desencadenar una tercera guerra mundial y el pueblo de las naciones soviéticas hace lo imposible para ganarse la vida que les ha tocado vivir.
Gregory, Pyotr, Dani y Fedorov son 4 niños que han crecido juntos en el orfanato de la iglesia, el mayor de ellos Gregory hace las veces de hermano protector y adulto responsable a pesar de solo tener 7 años seguido por Dani y Pyotr de 6 años siempre buscando la forma de conseguir lo que se proponen, el menor de todos pero el cerebro del grupo es Fedorov con 5 años.
Los niños estaban en su escondite habitual planeando su siguiente jugada, el lugar era silencioso y tranquilo ubicado en un bajo y con fácil acceso, a los niños les gustaba ir allí siempre que podían para jugar o para guardar cosas así podían tener acceso a ciertos beneficios que les daban ventaja sobre los demás niños.
-¿Qué haremos ahora que han quitado las raciones nocturnas Pyotr? – Preguntó Gregory mientras contaba algunas monedas que había sacado antes de la fuente-
-Supongo que podríamos ir a pedirle pan al señor Alesi a cambio de hacer alguna que otra entrega… -Dijo Pyotr con calma mientras miraba a la nada-
-Fedorov siempre sabe qué hacer para conseguir algo de comida extra, ¿verdad hermano? –Aseveró Dani con una sonrisa mientras extendía la mano hacia su hermano-
-Yo digo que sí, que hagamos las entregas y guardemos el pan en el baúl que escondí justo aquí–Aseveró Fedorov mientras se ponía de pie con total convicción-
Los 4 niños salieron llenos de convicción de su pequeño refugio en un callejón cercano a la iglesia para dirigirse al distrito comercial y empezar a trabajar por algo de pan, pero su marcha fue frenada cuando vieron un carro estacionado frente a la iglesia, era un vehículo muy lujoso que los niños solo habían visto en revistas exhibidas en las vitrinas de las librerías del distrito comercial.
Debido a la situación del país, a pesar de ser un orfanato bastante grande, no era común que las personas adoptaran, más bien por el contrario, las personas no querían tener más de un hijo porque resultaba demasiado costoso mantenerlo y educarlo. Así que aquel auto tan caro estacionado frente a la iglesia sólo podía significar una cosa para aquellos niños.
-¡Un ricachón quiere adoptar! –Exclamaron al unísono para luego ir corriendo a la iglesia-,Vieron guardias armados, como los que ven en las plazas, parados junto a la entrada y alguien muy bien vestido hablando con el párroco
-¡Si es cierto un Hombre rico quiere adoptar! –Dijo Fedorov con alegría-
-hay que ir juntos para que nos adopte a los 4 -Dijo Gregory sagaz-
-¡Si por fin nos iremos de este lugar! –Dijo Dani casi llorando de alegría-
En cierto modo no se equivocaron…
-5 AÑOS ANTES-
La doctora Anastasia Kruchenko disponía en su haber de múltiples títulos en investigación avanzada la mayoría ingeniería genética (bioquímica, biología molecular) pero aun así siempre hubo algo más, algo distante que la acechaba en sus pensamientos pero no sabía decir de que se trataba solo era un sentimiento de que a pesar de sus muchos logros a la corta edad de 27 años aún no había logrado conseguir algo realmente importante.
-Tonterías, tengo un IQ de 210 3 doctorados 2 maestrías y juventud para disfrutar. -Solía decir ella para darse ánimos- pero una vez dicho eso no podía evitar mirar a su alrededor y sentirse completamente sola.
De familia humilde, granjeros de arroz cerca de la frontera con Mongolia, Anastasia ha tenido que luchar con uñas y dientes para salir adelante primero de la granja familiar luego de las escuelas públicas y finalmente de las universidades más elitistas de occidente puesto que, solo por ser de origen humilde escuchó y recibió hasta la saciedad rechazos de numerosas universidades a pesar de sus calificaciones casi perfectas en todas las materias y a su vez el trato que recibió por la mayoría de sus profesores y colegas por ser mujer no fue mucho mejor ya que la humillan y denigran, pero eso nunca la desánimo para lograr sus metas.
-Aun después de haber pasado todo sin ningún desliz, ¿porque ahora me siento así?, debería de estar feliz. Debo descubrir que me falta y conseguirlo sea como sea. -Decía ella con decisión-
Anastasia vivía sola en una residencia privada a las afueras de Voronesk sin más compañía que las 2 sirvientas que había contratado tiempo antes gracias a una investigación que había llevado a cabo para el gobierno Británico sobre zanahorias más resistentes al Frío.
Era una mujer de rutinas, siempre se paraba a las 6 de la mañana corría por el campo 5 kilómetros para luego ducharse desayunar y comenzar a revisar algunas de sus investigaciones en su oficina, al tiempo que revisaba la correspondencia, la mayor parte de su correo eran solicitudes de participar en algunas investigaciones de otros doctores y profesores. Pero esa mañana la solicitud que recibiría no sería una simple colaboración.
Anastasia salió a correr como siempre lo hace, comenzó su recorrido con calma mientras pensaba en algunos resultados de una investigación que tenía pendiente para ese día, al trote ligero había calculado que cubriría la distancia en por lo menos 10 minutos, eran sus 10 minutos de calma, sus 10 minutos para meditar y organizar sus ideas pero tenía la sensación de que debía apresurarse y volver pronto.
-Ha de ser alguna travesura de las sirvientas, ya lidiaré con eso cuando llegue, ahora solo quiero disfrutar mi matutino. -pensó mientras seguía con su trote-
Pero esa sensación no se desvaneció con el tiempo más bien se acrecentó así que casi sin darse cuenta comenzó a correr. Corrió tan rápido que volvió a su residencia en tiempo récord, pudo ver su residencia de estilo victoriano finalmente frente a ella, al llegar vislumbró un vehículo que ella al instante reconoció como uno del gobierno de Moscú, saliendo de su sala estaba un oficial de la KGB con su distintivo uniforme gris oscuro ella se apresuró a entrar para hablar con él puesto que ese tipo de visitas suelen implicar trabajos muy serios (y muy rentables).