La experiencia de ser madre esta llena de amor, sacrificio y alegrías inigualables, desde el primer momento en que se tiene un hijo por primera vez en los brazos el mundo nos cambia por completo, Cada día que pasa nos trae nuevos desafíos y recompensas, pero lo más importante es esa conexión que se forma entre madre e hijo que hace que cada momento valga aún más la pena.

Me convertí en madre siendo muy joven tenía 16 años, siendo estudiante de bachillerato, fue de mucho miedo en el momento que me enteré que estaba embarazada, sentí que me tocaba enfrentar una responsabilidad inmensa para la que no me sentía preparada, pero al mismo tiempo en medio del miedo y de la vergüenza sabía que debía asumir la situación y las consecuencias de mis acciones, a pesar de la angustia que sentia, en ese momento sabía que ya debía tener más madurez y aceptar lo que se me venia con valentía, sabiendo que mi vida cambiaría por completo y que debía esforzarme para brindarle lo mejor a mi hija, con el tiempo, comprendí que la maternidad me estaba enseñando lecciones que no se aprenden en ningun otro lado..

Buenos les cuento que mis primeras experiencias como madre fueron retos ya que mi hija nacio prematura teniendo yo solo 6 meses de gestación, el miedo se apoderó de mi al no sentirme preparada para cuidar a una bebé tan frágil, cargarla, alimentarla, todo era un reto para mí, siendo joven e inexperta, pero sin embargo, cada uno de esos retos me enseñaron a ser más fuerte y a valorar cada avance que daba con mi hija, a medida que pasaban los días, fui agarrando más confianza en mis habilidades como madre y teniendo más fuerzas interior que nunca supe que tenía, el amor que me unía a mi hija me impulsó a seguir adelante con la convicción de que yo sii podía..

Ciertamente que al principio si tuve mucho miedo por todas esas cosas que me decían sobre la maternidad, unas de esas cosas que me aterrorizaba era el no ser una buena madre por ser tan joven, muchas personas me decían que la maternidad a temprana edad me limitaría en mi futuro y que no estaría preparada para hacer frente a las responsabilidades grandes como está, de verdad que esto sembró en mí la duda y el miedo a no ser capaz de no cuidar bien a mi hija, también me preocupaban esos mitos que me decían, sobre la falta de sueño constante, la pérdida de la libertad personal y la dificultad para mantener mi propia personalidad, sin embargo, con el apoyo de mis padres fui capaz de superar estos miedos y descubrir que la maternidad es un camino lleno de retos, pero también de amor y crecimiento personal.

A pesar de que mis hijos ya son mayores y teniendo uno de 15 años, siempre me he esfuerzo por dedicarles tiempo de calidad para ellos, eventualmente trato de organizar algún compartir como almuerzos o cenas familiares y así estar todos juntos, momentos para conversaciones importantes e de interés, aunque sus vidas y tiempo estén ocupadas, hago un esfuerzos para estar presente en sus vidas, en sus proyectos, en sus alegrías y tristezas, ofreciendo siempre mi apoyo, estar dispuesta a escucharlos, mantener siempre esa conexión y relación cercana es importante para mí, sin importar sus edades.

Tengo tres hijos hermosos, una hija y dos hijos varones, agradecida con Dios por tan bonito regalo de ser madre, Lo que más admiro de ellos es su madurez y su valentía para afrontar los cambios que se les presentan en la vida, cada uno tienen su propia personalidad, talentos y pasiones que los hacen únicos, su fuerza interior y su valentía al enfrentar situaciones difíciles son cualidades que me inspiran cada día, verlos crecer, desarrollarse y enfrentar el mundo con coraje me llena de orgullo y gratitud, esto es muestra de que lo he hecho y lo estoy haciendo bien, ellos son mi mayor tesoro preciado y mi fuerza constante de inspiración y de seguir adelante..

Disfruto de ver a mis hijos sonreír, crecer y alcanzar sus propias metas tanto personales y profesionales, es un regalo maravilloso ser testigo de su desarrollo y de su felicidad. Los amo inmensamente a cada uno, con sus diferentes caracteres.. A mi amada madre, le agradezco infinitamente por su apoyo incondicional, por ser una madre excepcional, su amor, dedicación y sabiduría continúan guiando mi vida y la de mis hijos Gracias, mamá, por ser un pilar inquebrantable en nuestras vidas, TE AMO INMENSAMENTE..❤️