Saludos queridos amigos de Steemit, hoy con mucho gusto quiero participar en el concurso MI INSTRUMENTO MUSICAL que pone en boga @nesmeliy de la comunidad Steem-BRU (BY-RU-UA). Porque soy músico de pasión más que de profesión. Sin embargo, debo admitir que no voy a hablar de mi instrumento favorito, como lo propone el concurso, pues nunca me he inclinado por uno solo y se me hace prácticamente imposible elegir cuál es el más importante para mí, todos son realmente especiales. Pero la historia que a continuación narraré es de una verdadera y profunda amistad.

Mi cuatro y yo.

_{Foto de mi autoría}

El cuatro Venezolano tiene el mismo origen de la guitarra clásica española. Por ende, son instrumentos bastantes parecidos, sin embargo es más reducido de tamaño y cuenta con cuatro cuerdas. Se puede ejecutar de manera golpeada o rasgada, y punteada. Se clasifica principalmente en dos formas según tu estilo de interpretación, como cuatro acompañante o cuatro solista, y se podría mencionar una tercera que sería cuatro clásico, empleado mayormente para interpretar obras de guitarra clásica adaptadas a este instrumento.

Todo comenzó desde muy pequeño. En casa, como en muchas otras de mi país, siempre había un cuatro como parte de la misma. Mi hermana mayor, junto a un par de niños más empezaron a ver clases de ejecución del instrumento con un maestro que iba hasta la casa y se instalaban en el porche a hacer las prácticas, yo estaba muy pequeño, como de tres años, por eso mis recuerdos son muy vagos, pero conservo la imagen de mi persona sentado en el suelo bajo el marco de la puerta escuchando, no dejaban que me acercara porque interrumpiría el proceso, pero lo que estaba pasando allí me tenía hipnotizado y entretenido.

_{Foto de mi autoría}

Por mi corta edad tampoco tenía permiso de tocar o manipular el cuatro, pero recuerdo perfectamente la primera vez que tomé uno entre mis manos. Tiempo más tarde mi padre llegaba de viaje y traía consigo otro cuatro, el que si no me equivoco había mandado de regalo una tía a la que llamábamos de cariño "la negra" y fue entonces cuando lo tomé con mis brazos cortos y empecé a hacer ritmos improvisados con mi mano derecha sobre las cuerdas, eso duraba una par de segundos antes de que el cuatro por el tamaño y el peso empezara a caerse y en una rápida maniobra lo volvía a levantar y repetía aquello que no significaba nada para la música pero para mí era lo más emocionante que había hecho.

El pecho se me estremece de emoción mientras escribo.

Esa misma noche, mi hermana y mi mamá, que tenía ciertas nociones, me regalaron algunas instrucciones de cómo hacer el ritmo más básico con la mano derecha y un par de acordes con la izquierda, de los más sencillos donde basta un solo dedo para hacerlos, re mayor y si menor. Claro que para entonces no tenía nada que ver con nombres ni posiciones, me limitaba a cambiar de una posición a otra y con eso me entretuve mucho tiempo.

Mientras crecía me fui perfeccionando en el instrumento, paralelo a ello fui explorando otros y así sería por el resto de mi vida, pero el cuatro siempre estaría presente. De niño una de las actividades donde más invertía tiempo era pararme frente al espejo con mi cuatro a hacer que tocaba como los de la agrupación "Serenata Guayanesa" mientras sonaban sus canciones en un tocadiscos.

Más tarde estaría todas los noches sin falta con mi hermana @lilianajimenez, mientras ella cantaba yo tocaba, de esa manera exploramos todos los tipos de géneros, desde vallenatos hasta baladas o boleros. También en muchas oportunidades tocaba con mi mamá, a ella le gustaba mucho puntear un valse llamado "la pica pica" y yo la acompañaba.

Mi forma de aprender fue muy empírica, cuando músicos allegados a mis padres iban a casa a compartir y a tocar, me fijaba con mucho cuidado en todo lo que hacían para luego tratar de repetirlo. También, aquel maestro que tubo mi hermana terminó siendo muy amigo de la familia y aprendí mucha música de él, cuando iba de visita yo desafinaba el cuatro y se lo daba con el pretexto de me lo afinara (yo sabía hacerlo), pero cuando él lo hacía aprovechaba y tocaba un par de minutos y allí era que yo escaneaba lo que hacía. Más adelante encontré entre papeles de mis padres un viejo método para cuatros y leyéndolo pude por fin entender la teoría de todos esos acordes que hacía y la relación que tenían.

Fuente _{Con dos de mis hijos y un alumno}

Muchos cuatros pasaron por mis manos en mi niñez, catorce para ser exactos. No es que no los quisiera, porque a cada uno lo lloré con mucho dolor, pero accidentes pasan y así uno aprende que un cuatro no se guinda, no se pelea junto a un cuatro, no se juega pelota cerca de uno, un cuatro no se presta. Gracias a Dios mi mamá perseveró y siempre con mucho esfuerzo repuso el cuatro roto por otro nuevo.

Hay un personaje que en su juventud era de muy mala conducta, como era mayor que yo y malo, un día en la escuela cuando yo cargaba mi cuatrico, él me lo arrancó de las manos y salió corriendo, yo con toda valentía lo perseguí pero sus empujones pudieron más. Se paró en la acera contraria a tocar con mi cuatro (lo hacía muy bien) mientras me veía llorar, al rato me llamó y cuando me acerqué me dijo "toca, pero si lo haces mal te lo vuelvo a quitar", yo hice lo mejor que pude pero igual no lo convencí. Terminó acompañándome hasta la casa comprometiéndose a ir todas las tardes a enseñarme y así lo hizo, aprendí mucho con él. Hoy en día es un gran amigo y colega, pues hemos trabajado juntos como músicos y docentes por muchos años.

A los trece años ya andaba en tarimas, escenarios, iglesias, radios y cuanto espectáculo o agrupaciones veía, ahí estaba yo queriendo participar con mi cuatro. Por la misma época me inspiré a componer mis primeras canciones y fue el cuatro el que me ayudó a hacerlo.

_{Foto de mi pertenencia - Junto a mi hermana}

A la edad de 17 años me fui a vivir a otra ciudad donde abundaban los músicos de muy buena calidad, pero todos académicos que les costaba entender esos ritmos folklóricos tan populares de mi región, por eso calé entre ellos, pues me buscaban para que les acompañara con el cuatro porque sentían que a mi me sonaba mejor, muy seguramente porque mi aprendizaje fue ajeno a la academia.

Fuente _{En los cumpleaños es un norma cantar con el cuatro.}

A la edad de veintidós años emprendí estudios en luthería, los cuales siempre se basaron en la elaboración de este instrumento. Años más tarde fundé mi propio taller y dediqué mucho esfuerzo en perfeccionar la técnica de elaboración, logrando hacer un nombre como uno de los mejores constructores de cuatro venezolano, con nuevas propuestas para su confección. Sin dejar de mencionar los centenares de instrumentos que he debido reparar y restaurar.

_{Foto de mi pertenencia}

Contando veintisiete años entré a formar parte del Sistema de Orquestas de Venezuela, donde estuve casi diez años formando niños y jóvenes en la ejecución de este instrumento, con experiencias tan maravillosa como la conformación de la Orquesta de Cuatros del estado Apure, donde participaron más de cien niños y entre ellos estaban mis hijos.

Fuente _{Mi hijo Daniel en la Orquesta de Cuatros del estado Apure.}

Cuando miro hacia atrás, puedo notar un instrumento al que de niño veía de lejos y me hipnotizaba, pero me fui acercando hasta tocarlo, luego a hacer música con él, componer con él, dormir con él, y me acerqué tanto que fui a su interior y lo admiré por dentro, lo construí y lo enseñé a tocar. ¿Qué viene ahora? estoy ansioso por verlo.

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