¡Pero, no le vaya a llegar con las manos vacías! -me dijo el abuelo de la playa-
Y entonces, ¿qué le llevo? -fue la precipitada pregunta de un joven ingenuo- Mira, - me dijo- cuando te falten las palabras; o bien un chocolate o una rosa hablará por ti; el truco estará en averiguar, si le gusta el chocolate como golosina, y cuál es su color favorito de rosas.
Así entré en contacto con el apetecido chocolate en mi primera juventud. Años después Sara una cuñada estaba de cumple y mi hermano ya sabía su debilidad por este alimento y esta fue la sorpresa a primera hora de aquella mañana.
¡Saludos y alegrías para sus celebraciones, si gustan de los chocolates apreciad@s lectores!
En el presente relato compartiré algunos datos de este suculento alimento, que yo desconocía; son pocos minutos; pues, cada 7 de julio el -Cacao-Chocolate- tiene su celebración mundial, bienvenid@s...
La prestigiosa tarta “Sacher”, cuenta un relato judío, nació de las improvisaciones de última hora. Resulta que el príncipe Austro-Húngaro: Klemens Von Matternich, iba a conceder un banquete, para impresionar a sus amigos, con un nuevo pastel que su cocinero le había preparado días atrás; pero aquel cocinero enfermo gravemente y se ausentó.
Un ayudante aprendiz, de origen judío que laboraba en aquella cocina, tomó la responsabilidad, de salvar el honor del monarca. Franz Sacher recordó un preparado que se hacía para la fiesta de Pesaj en su familia. Ha elaborado una torta esponjosa rellena de damascos y mermelada, luego la baño con chocolate liquido en forma de crema. El resultado fue un éxito total, el príncipe bautizó a la naciente tarta “Sacher” convirtiéndose en una exquisitez, amena al paladar de quienes adoran el chocolate. Además el joven judío salió del anonimato.
Los Israelitas en general, más conocidos como judíos, son quienes han creado toda una cultura del chocolate. En una continua innovación, caracterizada por la calidad extra, han llevado esta delicia a ser un negocio internacional; pues han sabido hacer mezclas tentadoras y a la vez adictivas con pistachos, con jazmín, con cardamomo y jengibre, entre algunas combinaciones. Países productores y exportadores de chocolate como lo son Bélgica y Francia ceden a estos sabores y les compran a los productores judíos.
Acordémonos lo que dijo la escritora romántica Bárbara Bretton:
“Moderación en todo, excepto en el amor y en el chocolate”
*Nota: Esta publicación pertenece al mismo autor del blog:
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