Así comenzó la carta- documento, que envió un jefe indio Seattle de la tribu Suqwamish, en 1855 al presidente de los Estados Unidos. Y continúo... Somos parte de la tierra y, así mismo, ella es parte de nosotros. Las flores perfumadas son nuestras hermanas, los animales, todos pertenecemos a la misma familia natural.

Una historia alegórica: Un hombre de ciudad que recién hubo heredado unas amplias hectáreas de tierra cultivable, en las noches rogaba al dios en quién creía, algo así: “Creador Eterno, yo quiero hacerme cargo de estas tierras, pero te pido que sigas mis instrucciones de cuando hacer llover, de cuando hacer salir el sol, de cuando hacer que los vientos soplen; porque vi bregar y sufrir mucho a mis padres con el clima tan cambiante, gracias” Resulta que cierta noche cayó en un sueño profundo y soñó que el Señor de los cielos hizo caso a su petición. Escuchó decir: contrata jornaleros para que labren la tierra, compra semillas, espero instrucciones de cuando hacer llegar la presencia de los eventos naturales...

...Este inocente joven, hipotecó la tierra al banco, con la arrogancia de cultivar de acuerdo a sus saberes. Efectivamente el Creador hizo su voluntad, y al cabo de los meses en que debía recoger la cosecha, los granos estaban sosos, sin gracia alguna y no los logró vender. Despertó asustado porque su herencia iba a ser rematada por el banco. Le contó su sueño a un labriego ya mayor y este le contestó: En la Biblia he leído que el Eterno-Creador nos ordenó “Sean fecundos y multiplíquense, llenen la tierra y domínenla” (Génesis 1:28), en ningún lado dice, que manipulemos el ciclo natural y menos que destruyamos; la tierra y las personas necesitan para crecer y vivir todos los nutrientes naturales y también todas las inclemencias climáticas, para que seamos fuertes y enérgicos.

Desde el año 1972 y cada 18 de octubre, las Naciones Unidas, acordaron celebrar el día mundial para la protección de la Naturaleza. El origen sucedió un 12 de marzo del mismo año, debido a que el general argentino Juan Domingo Perón, pronunció un discurso en Madrid España, alertando la marcha suicida que las personas ejercen sobre los bienes naturales. Por marcha suicida entendemos explotar y abusar de los recursos indiscriminadamente, dañando la naturaleza y su ciclo natural, sin respetar sus leyes y tiempos.