Imagen cortesía de Cucinare.tv
No creo que exista persona en el planeta que se resista al aroma del pan recién horneado, es uno de los placeres de la vida, al menos para mí. Uno de los motivos por el cual me atrae el arte de la panadería es el envolver toda mi casa con el embriagante olor de una canilla o un campesino en proceso, además de disponer del ancestral alimento.
En el idioma griego esas tres letras significan "todo" y la verdad para muchos esta masa fermentada es la base y sustento de sus vidas. Históricamente se le ha asociado con la humildad, algo así como la única opción de los más pobres para alimentarse, aunque por siglos fue el sustento de la humanidad y pudiera decirse la base de la civilización occidental.
La civilización egipcia junto con la antigua Babilonia fueron los primeros en convertir el trigo en harina, luego en masa y por último en pan el cual quedaba como un disco plano. Por siglos esta era la forma de comer el pan hasta que un día algún panadero egipcio cansado de tanto darle a la masa diría: -¡bah!, esto lo dejo para mañana- y 24 horas después notaría como la mezcla se infló y duplicó su tamaño, a lo que diría el súbdito de Tutankamón: -no voy a perder esa masa, igual va para el horno-. Allí se percató que ese pan plano y macizo se hice grande y esponjoso por acción de un elemento desconocido hasta ese momento: la levadura. De esta forma surgió el primer pan fermentado, una técnica que sobrevive hasta hoy.
El trigo es el principal cereal para la creación del pan esencialmente por su alto contenido de una proteína llamada gluten, la cual tiene la particular propiedad de estirarse como una goma; sin embargo también es posible crear panes con otros cereales como la avena, el arroz , la espelta o el maíz; incluso de raíces como la yuca, elemento principal con que los pueblos guaraníes ( Paraguay y Brasil) hacen su conocido "chipá".
Con concha dura o suave, de leche o agua, con o sin gluten el pan es el alimento que trasciende todas las barreras culturales, religiosas y del tiempo así que seguirá siendo el pan nuestro de cada día por los siglos de los siglos.
Carlos D. Pérez Guerrero / @waraira777