Concurso: La mentira

  Es un gran placer para mi unirme a la dinámica que ha organizado nuestro querido amigo @cruzamilcar63 porque, es una excelente oportunidad de analizar sobre la acción y repercusión de la mentira. Sin más preámbulo, comienzo con mi participación.

  Los seres humanos nos caracterizamos por emitir constantes y diversas declaraciones durante el día ya que, dichas afirmaciones forman parte de la interacción social que desempeñamos durante nuestra relación con otras personas e incluso, a nivel individual.

  Entre las afirmaciones que emitimos está la mentira, siendo este un antivalor muy cuestionado por el daño que puede ocasionar ejercerlo pero, en algunas ocasiones, es un recurso al que se acude bajo la premisa de que es necesario por ello, mentir es una de las acciones más polémicas y cuestionadas que existe.

  Si bien es cierto que desde temprana edad nos enseñan que decir mentira no es lo correcto, este antivalor siempre buscará la manera de camuflarse en nuestra vida. Partiendo de esto, debo admitir que durante el transcurso de mi vida sí he tenido que mentir al igual que, me han mentido y tiempo después me enteré de esta novedad tan incómoda. Quiero dejar presente que, no me siento orgullosa de haber tenido que acudir a la mentira y, constantemente me cuestiono haber llegado a esa novedad ya que, a pesar de que muchas veces se alega que no existe un ser humano que no haya mentido, no me gusta usar esa afirmación como justificación para mentir con constancia y naturalidad.

  La mentira me ha enseñado que, esta acción tiene la facultad de extraer lo bueno y malo de nosotros por lo tanto, ella me ha servido para dimensionar su impacto y hacer lo elemental para mantenerla aislada de mi vida porque, independientemente de que en algunos casos se justifica, sigue siendo una mala acción.

  Quisiera decir que no pero, la realidad es que sí existen y, es una filosofía muy contradictoria porque, cuando se está en un escenario así, la honestidad e incluso, el profesionalismo queda en tela de juicio porque, técnicamente no es correcto mentir en un lugar de trabajo al igual que, ser muy correcto a veces termina siendo un gran problema por las consecuencias que esa verdad puede generar. Para tener una idea más concreta de esta novedad les comento que, he visto médicos que no le dicen a su paciente cual es su estado de salud real para evitar que se alteren y aunque sus familiares si saben la realidad, el convaleciente es quien recibe todas las mentiras que le dice el profesional.

  Decir la verdad o una mentira no es cuestión de profesiones u oficios; es algo de valores y, pienso que ante estas situaciones también es importante tener en cuenta nuestros principios porque, ellos son los que realmente nos van a conducir a hacer lo correcto.

  Esta novedad es un gran dilema y, debido a su repercusión es que aprendí a preferir saber la verdad aunque esta pueda ser muy cruel porque, si más adelante me entero que estaba siendo engañada, el daño va a ser mucho mayor y les confieso que, aprender esto me costó sangre, sudor y lagrimas como dicen por allí pero, lo agradezco ya que, de lo que hoy me parece una crueldad, mañana es mi mejor lección y desde el ángulo que se mida, mentira es mentira por lo tanto, detrás de esto nunca habrá nada positivo que dejar.

  Difiero de esta afirmación al 100% porque, estoy totalmente convencida de que la diversión en el mundo existe si hacemos las cosas bien ya que, no le veo sentido basar una estabilidad en algo que tarde o temprano va a generar dolor en algún sentido y, soy consciente de que tal vez sea imposible eliminar en su totalidad la mentira pero, es muy importante que trabajemos en evitar normalizar este antivalor.

¡Muchas gracias por leer mi publicación!