Gracias por animarte a participar en este nuevo concurso. Nos cuentas una anécdota bastante insólita con el destornillador, así sucede también con los bolígrafos en las oficinas. De un momento a otro se desaparecen o se les pega en las manos al que lo pide prestado.
La mejor forma de evitar este tipo de perdidas es mantenerlo en nuestras manos o colocarlos en un solo lugar.
Afortunadamente lo encontraste al día siguiente jaja.