(Astronauta en Latín.)
Tanto que me siento ajeno a cualquier vida, que por seguir normas o reglas o ser sincero y actuar como decían de pequeño, siempre con el corazón primero, y aunque la Fe fue primero que se fue, lo último que quería perder después, era ese niño inocente que busca esa si atención infantil sin llegar a lo dañino, sino eso de querer sentir esa sensación de ver al o a la niñ@ que te gusta y se te queda mirando mientras agarra tu mano para salir al recreo, este mundo llegó de niños con cuerpo de adulto y mentalidades de "Viejos rectos", llenando de complejos a niños haciendo el papel de adulto o a los adultos que aún tienen a su niño, el sistema destruido y un sin fin de modas que ninguna ya me acomoda y prefiero ser sincero, dar bondad, y si me ven siendo "malo" es solo para que no me molesten o me molesten de una vez y se vayan más, la sociedad amarga, pero amarga más ver otra alma disfrazada de niño pero que lleva un adulto reprimido dañando a los demás, y ese adulto siguiendo lo que dicen los demás y no lo que siente en el pecho o lleva a dentro, solo va caminando sin mirar, siento que cada vez hay mas, y menos encajo, ni seré especial como tantas personas lo son para mí aunque no se los diga se lo hago notar, porque no quiero que sean igual a todos los adultos o niños con sueños rotos y seños fruncidos, nunca en cajare y como dice la canción de fando y lis, se que moriré y nadie se acordará de mi... Pero me iré feliz de ser el antisocial, rebel, loco, tonto, viejo infantil, y tantos apodos que más de ser estúpidos sin estúpidos los que los pusieron, vivan, sean feliz y dejen vivir, si se amargan ya están muertos en vida, yo me voy algún día quizá pronto o no, pero pero me iré feliz de haber sido siempre el niño que lleve dentro y no reprimi.
"El Último Poeta".