LA BELLA Y LA BESTIA: UN GIRO DISTINTO A LA HISTORIA ORIGINAL
Suenan las campanas de la iglesia con su típico eco, yo sigo corriendo y corriendo para poder llegar a tiempo a mi clase de arte en el "Instituto Walter Explorador", salto por encima de ramas y hojas secas que deja el otoño caer a la tierra. Mi ruta más cercana es pasar por el bosque de "Las brisas"; en lugar de irme por la estrecha carretera. Cada día soy más veloz y me reto a mí misma a llegar a una hora determinada sin importar nada. A tan solo unas cuadras de mi instituto recuerdo pasar por el mercado del señor Albert, un anciano de 87 años quien estuvo en la fundación de mi pequeño pueblo hace más de 70 años. Pero para mi sorpresa el mercado estaba cerrado, por primera vez veía el mercado cerrado a esta hora de la mañana, siendo el señor Albert el primer comerciante en abrir siempre. Vi mi reloj y me di cuenta que iba a llegar tarde a clase así que seguí corriendo por toda la avenida “Flores” hasta llegar por fin a las puertas del instituto, mi corazón no paraba de latir a un ritmo tan fuerte que pensé que se me saldría del pecho, no rompí el record esta vez pero seguro que la próxima lo haré.
“Isabella, casi te pierdes tu clase favorita”- Me sorprendo al escuchar mi nombre creyendo que era uno de mis profesores así que doy un pequeño brinquito, haciendo que Ana se ría de mí.
“Cielos Ana, casi me da un infarto el llegar aquí corriendo y de paso me asustas”- le comento mientras me coloco la mano en el pecho, como si eso impidiera que se me salga el corazón o pare el dolor de pecho causado por lo mismo.
Ambas nos dirigimos a las clases del día de hoy. Cuando ya era la hora de salir me despido de Ana y me voy trotando al bosque. Mi rutina diaria me sigue entreteniendo, llego al mercado de nuevo y veo que aun el señor Albert no abre su negocio. Debió pasarle algo, espero que no sea la bestia de la noche.
En el pueblo hay una leyenda desde hace años sobre una bestia que ataca a las personas por la noche, vive en el bosque de las Brisas. Nunca le tuve miedo, no sabía porque algo dentro de mí me tranquilizaba al pasar por el bosque, como si conociera a la bestia y supiera que no me hará daño. Mi madre y yo nos mudamos a este pueblo cuando yo cumplí mis cinco años, recuerdo que los habitantes nos dieron una cálida bienvenida en una noche fría de vísperas de navidad. Mi infancia fue muy buena, tuve muchas aventuras con mi madre, solo éramos ella y yo; mi padre nos había abandonado cuando yo nací. Nunca conocí una figura paterna permanente, todos los hombres de nuestras vidas simplemente no querían formar una relación seria o con compromisos. Somos las desgracias para mi abuela por parte madre.
Mi madre enfermó, cáncer en los pulmones por su antiguo vicio de fumar cuando era más joven. La enfermedad tuvo metástasis en varios órganos, mi madre empeoró y murió cuando yo tenía quince años. No se celebró nada, me quedé con las manos en las suyas mientras lloraba, me aferraba tan fuerte; como si haciendo eso iba a evitar que se fuera. No funcionó, mi madre falleció. Me quedé sola desde entonces, los habitantes del pueblo son muy buenos conmigo, me ayudaron mucho desde ese trágico día.
Pero quedarse sola, en un lugar pequeño sin mi madre que me proteja ni me cuide me causó mucho dolor, sentí como si la tristeza se apoderara de mí en forma de persona y se introdujo en mi alma, calando por mis venas y arterias, oscureciendo mi corazón.
Cuando voy a dormir siento que estoy en un trance del cual se me hace difícil despertar, a veces tengo pesadillas aterradoras y pensamientos horrorosos sobre asesinar. Creía que me había vuelto loca. Muchas veces oculto mi asombro cuando una voz resuena en mi cabeza en plena luz del día ordenándome asesinar a las personas que me traten mal. Tengo visiones de personas asesinadas por la bestia, de repente sueño que yo las ataco. Tengo miedo de mis pensamientos pero si le digo a una sola persona en este pequeño pueblo todos sabrán y me tomarán como alguien con delirio.
Siempre me encierro en mi casa y no permito visitas, no me gusta que vean lo nerviosa que me pongo cuando estoy en casa, esperando escuchar esa voz escalofriante. Duermo temprano para poder evitar pensar pero igual siempre tengo pesadillas; sueño que voy por el bosque en busca de sangre fresca. Fue hace unos pocos años atrás que me di cuenta que la bestia era yo; transformada por la noche y un largo sueño. Me tengo miedo a mí misma, tengo miedo de lo que puedo hacer ya que no tengo control alguno de la bestia que sale por las noches a cazar. Hago lo posible por quedarme encerrada pero de una forma u otra la bestia logra salir, rompiendo todo a su paso. Cada mañana debo de organizar todo para que nadie se de cuenta. Por suerte vivo un poco retirada de todos.
Mi única distracción está en el instituto y su nombre es Harry Barton, un chico mucho mayor que yo, de unos 34 años. Es sustituto de profesores y últimamente ha tenido que ir muchas veces ya que los profesores renuncian por miedo a ser atacados por la bestia ya que sus horarios son hasta tarde. Harry sin embargo es valiente, el caballero sin armadura del pequeño pueblo de Canadá. Somos amigos desde un par de meses atrás, cuando la bestia dejo de atacar; supongo que por miedo a Harry.
Yo nunca le he dicho a Harry lo que siento por él ya que siendo mayor y profesor en mi instituto supongo que su respuesta sería un gran y doloroso “NO”. Pero cuando estoy con él siento que todo mi dolor, miedo, angustia y odio se van; siento paz. A veces me pregunto ¿Qué pasaría si el corresponde mis sentimientos y nos volvemos novios? ¿La bestia se iría permanentemente? No dejaré pasar más oportunidades de contarle mis secretos más profundos, dejaré de tener miedo y le contaré todo.
Al día siguiente; las noticias de hombres desaparecidos son las que aparecen en el televisor y el periódico del pueblo. Mi cabeza comienza doler y mis manos a temblar. El rostro del señor Albert aparece junto con la palabra “Asesinado” en letras grandes.
“La bestia se ha llevado una víctima más” son las palabras que le siguen. Mi corazón late tan rápido que pienso que tendré un infarto. No puede ser, yo no dejé rastros en la casa que hagan pensar que fui yo. La bestia no ha salido por meses. Debe haber un error, debe haber una equivocación, yo no, yo no, yo… Yo soy una desgracia hasta para el pueblo, una desgracia que no tiene fin. Debo huir, no quiero hacer más daño, pensé que ya se había terminado pero aún sigue allí, dentro de mí.
Justo cuando termino de empacar escucho el timbre de mi puerta. Nadie me visita ya que yo no los dejo así que es algo extraño. Cuando abro la puerta me doy cuenta de quien es; Harry, con un uniforme negro de policía.
“Hola pequeña, debemos hablar”- su voz ronca suena temblorosa.
“Harry, pasa”- Tengo nervios.
“Iré directo al grano porque no hay tiempo. Se lo que eres, se lo que eso te hace hacer y vengo a ayudarte”- oculto el temblor de mis manos colocándolas detrás de mí.
“¿Qué dices Harry? Yo…”
“No hables, déjame terminar”- yo asiento con la cabeza y el continua-“soy oficial en cubierto, mi fachada de profesor terminó ya que descubrí quien es la bestia. Verás, los pueblerinos pidieron al jefe de policía que hiciera un mejor trabajo para encontrar a la bestia y eso hizo. Me envió a tu instituto siendo el único del pueblo para encontrar a la bestia ya que supusieron que sería un joven y que de día sería una persona normal.”
“No…”
“Silencio Bella, deja que termine.”- vuelvo a asentir-“Cuando te conocí, lo único que quería era protegerte de la bestia, sentía que era mi deber como oficial pero, me di cuenta que no solo por mi trabajo quería hacerlo, me gustas Bella, me gustas mucho y me prometí protegerte de cualquier cosa que quiera lastimarte así que, así que estoy aquí para protegerte de ti misma. No dejaré que nadie te toque, no dejare que la bestia gane la batalla. Si es posible lucharé contigo, sé que no me harás daño y yo prometo no hacerte a ti”- se acerca a mí y me toma de las manos, me mira fijamente a los ojos.
“Harry, yo también, yo, pero yo tengo…”- no me deja terminar y me da un beso, un suave y húmedo beso. Sus labios tocan los míos con un roce dulce, como bailando al compás. Siento que algo dentro de mi sale y la paz llegó a mi corazón, me siento más ligera, capaz de volar si me suelta pero es lo que menos quiero que haga, no quiero que me suelte, no quiero que este momento termine nunca. Escucho que la voz se va alejando. Se ha ido, se fue por fin, definitivamente. Cuando nos separamos yo solo me le quedo mirando y sonrió como boba enamorada.-“Haz logrado que se fuera. Ya no regresara nunca más”- cuando escucha esas últimas palabras él sonríe y me vuelve a dar un beso, esta vez más corto.
“Debemos huir, vamos a empezar desde cero en un nuevo sitio. No quiero que al final terminen descubriendo algo”-me abraza.
“En serio espero que esto no sea un sueño”- confieso y el ríe.
-su sonrisa hizo que mi corazón diera un brinco de emoción.
“¿Lo prometes?”
“Lo prometo mi Bella”.
FIN
Saludos amiga @elsimarwrite
Interesante e inquietante historia sobre una joven que fue poseída por una bestia que de manera inconsciente la llevaba a cumplir macabras acciones, hasta que el amor llegó a ella, logrando romper con esa malvada atadura.
Gracias por su entrada al concurso.
Participante #19
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