Hi, Steemit!
Like flowers, happiness takes time and effort. Lovely and apparently innocuous happiness, the main asset of health and of a beautiful world, takes that time and effort from somewhere, and some people may not know where or how. Deep down Émilie du Châtelet knew it as he thought of the Law of Conservation of Energy. Deep down, William Blake knew it as he considered the universe as a dialectical unit. Deep down Descartes knew trying to find a God that is only perfect in his goodness might eventually lead him to an endless begging the question.
What follows is a Shakespearean sonnet (aka Elizabethan or English) that I have composed, which discusses this concern I tell you about in the above paragraph. It is the good thing about sonnets besides their beauty--when you-re lucky enough to achieve it--, they invite you to consider truth. As you may know if you-re a sonnet lover, a sonnet is pretty much an argumentative essay in the guise of a poem, or a poem in the guise of an rhymed essay. Its a poetic form consisting of four stanzas (three quatrains and one couplet): its rhyme scheme is abab cdcd efef gg and its rhythm is iambic pentameter (five metrical feet per line, each sounding like taTA, taTA, taTA, taTA, taTA). The first stanza introduces the point at issue, the second develops it, and there's a volta by the beginning of the third stanza which helps you put things in perspective; finally, the couplet presents us with the conclusion.
Al igual que las flores, la felicidad requiere tiempo y esfuerzo. La felicidad encantadora y aparentemente inocua, el principal activo de la salud y de un mundo hermoso, toma ese tiempo y esfuerzo de alguna parte, y algunas personas pueden no saber de dónde ni cómo. En el fondo, Émilie du Châtelet lo sabía al pensar en la Ley de Conservación de la Energía. En el fondo, William Blake lo sabía al considerar el universo como una unidad dialéctica. En el fondo, Descartes sabía que tratar de encontrar un Dios que sólo fuera perfecto en su bondad podría llevarle a un interminable argumento circular.
Lo que sigue es un soneto shakespeariano (isabelino o inglés) que he compuesto y que discute esta preocupación descrita en el párrafo anterior. Lo bueno de los sonetos, además de su belleza -cuando se tiene la suerte de conseguirla-, es que invitan a considerar la verdad. Como sabrás si eres un amante de los sonetos, un soneto es más o menos un ensayo argumentativo en forma de poema, o un poema en forma de ensayo rimado. Es una forma poética que consta de cuatro estrofas (tres cuartetos y un pareado): su esquema de rima es abab cdcd efef gg y su ritmo es el pentámetro yámbico (cinco pies métricos por línea, cada uno de los cuales suena como taTA, taTA, taTA, taTA). La primera estrofa introduce el punto en cuestión, la segunda lo desarrolla, y hay una volta al principio de la tercera estrofa que ayuda a poner las cosas en perspectiva; finalmente, el pareado nos presenta la conclusión.
He Who Gives Also Takes (Away)
Among the pleasures of good life and peace
is ne’er having responsibility.
Good happy fellows cherish days at ease;
they think hardship a disability.
Come walk this way as I should show you, dear;
move slowly or fast or don’t move out at all;
come see or hide, but don’t you live in fear;
use your own feet and feel; that’s principal.
But who will be left to take care of blisses
if all you friends are in for laughs and toys?
Who will be then the guard of hugs and kisses,
while you behave like little girls and boys?
Your color, warmth and joy should take their riches
from grayer, colder and unhappier niches.
Quien da también quita
Entre los placeres de la buena vida y la paz
está el no tener responsabilidades.
La buena gente feliz aprecia los días de descanso;
piensa que las dificultades son una incapacidad.
Ven por aquí; te muestro, querido amigo;
muévete despacio o rápido o no te muevas en absoluto;
ven a ver o escóndete, pero no vivas con miedo;
usa tus propios pies y siente; eso es lo principal.
Pero ¿quién quedará para cuidar de las dichas
si todos vienen por las risas y los juguetes?
¿Quién será guardián de los abrazos y los besos
mientras ellos se comportan niños?
Tu color, tu calor y alegría seguro toman sus riquezas
de nichos que han quedado más grises, fríos e infelices.
(Con excepción de la distribución de los versos, solo la versión original en inglés conserva la forma del soneto.)
About the emotions and reasons behind this sonnet || Acerca de las emociones y razones detrás de este soneto
Yesterday I learned one of my favorite contestants on television passed away last April 10. She was Eva, one of the most intelligent and vibrant contestants ever on the Spanish program Pasapalabra. Her sister-in-law Mariola Cubells, a Spanish journalist, dedicated an emotional and endearing text entitled La tele que Eva quería (The TV Eva Wanted), in which she tells us how watching Pasapalabra every night distracted her in the hardest moments before her death from cancer, one which had returned after ten years.
I have not been able to get Eva's death out of my mind since yesterday. Today I spent the morning thinking about how the quality of our lives has diminished so greatly in my city and how the shadow of countless Covid-19 waves, the ones gone and the ones still to come, keep some of us trying to save every penny only to blow it away along with some hapless soul departing hopelessly. I thought that wholesome entertainment, in any form, should not be looked down upon. I thought about how Pasapalabra also saves my afternoons in the midst of this predicament that has become living for many Cumaneses -and Venezuelans in general.
I remembered how one afternoon many years ago, I learned that the beauty produced by a poem can cure anger and desolation. That day when I read for the first time sonnet XXIII of the incorrigible Bard, I also wrote the first of many to come.
Today I have resolved without it being any discovery, that each one takes away from their own in order to give to others. One only has to open one's eyes and heart to realize it.
Ayer me enteré de la muerte de una de mis concursantes favoritas de la televisión. Se trata de Eva, una de las concursantes más inteligentes y vibrantes que haya pasado por el programa español Pasapalabra. Su cuñada Mariola Cubells, periodista española, dedicó un emotivo y entrañable texto titulado La tele que Eva quería, en el cual nos cuenta cómo ver Pasapalabra cada noche la distraía en los momentos más duros antes de su muerte a causa de un cáncer que había regresado después de diez años.
No he podido sacarme la muerte de Eva de la cabeza desde ayer. Hoy he pasado la mañana pensando cómo la calidad de vida ha disminuido enormemente en mi ciudad y cómo la sombra de las incontables olas del Covid-19, las idas y las por venir, nos mantienen a algunos tratando de ahorrar cada centavo solo para echarlo a volar junto con algún alma desdichada que parte sin remedio. Pensé que el sano entretenimiento, en cualquiera de sus formas, no debe ser menospreciado. Pensé en como Pasapalabra también salva mis tardes en medio de este predicamento que se ha vuelto vivir para muchos cumaneses —y venezolanos en general.
Recordé como una tarde hace muchos años, conocí que la belleza producida por un poema puede curar ola rabia y la desolación. Ese día en que leí por primera vez el soneto XXIII del incorregible Bardo, también escribí el primero de muchos por venir.
Hoy he resuelto sin que sea ningún descubrimiento, que cada quien se quita para dar. Solo hay que abrir los ojos y el corazón para darse cuenta.