¡ Super Luky!
El pequeño Luky paraba las orejas y movía su cola en señal de alegría, nada lo hacía más feliz que escuchar las historias sobre perros súper héroes, que su padre, el viejo Otelo, le contaba.
–¿Padre, de veras conociste a algún súper héroe?—le preguntó emocionado a su padre.
—Claro que si, muchos eran mis amigos—respondió el viejo Otelo, entusiasmado por el interés de su hijo.
—Cuéntame de ellos y de sus súper poderes
—Bueno, Orión era un doberman, tenía el poder de convertirse en goma, podía estirarse todo lo que él quisiera sin hacerse daño, Max era un pitbull, él podía envolver su cuerpo en llamas sin quemarse, pero el más poderoso era Duke, un pastor alemán, era muy fuerte y además podía volar.
—Entonces Duke es mi favorito, a mí me gustaría ser fuerte y poder volar, pero ¿Cómo se obtienen esos poderes?—preguntó muy intrigado el pequeño.
—Mira hijo, los poderes se logran con un fuerte deseo y mucha imaginación.
—Padre y tú ¿Qué poder tienes?
—Yo podía hacerme invisible
—Y ahora ¿Por qué no lo haces?
—Muy sencillo hijo, cuando nos hacemos viejos perdemos el deseo y la imaginación.
El viejo Otelo se quedó dormido sobre su alfombra, Luky aprovechó y salió al patio, decidido a aprender a volar.
Luky cerró los ojos, se concentró en su deseo con todas sus fuerzas, se imaginó volando, corrió muy rápido, pero terminó chocando contra la pared.
—Tal vez necesito más altura —pensó en voz alta, se montó encima de una mesa, se concentró en su deseo y se lanzó, tampoco resultó, y acabó cayendo de trompa contra el piso.
Al día siguiente, Luky salió con su padre a dar un paseo por el bosque, tenían que pasar por un tronco que estaba dispuesto como puente sobre un caudaloso río.
Desde el bosque apareció un enjambre de abejas, el viejo Otelo saltó para abrazar a Luky y evitar que las abejas lo picaran, pero con tan mala suerte que resbaló y cayó, la fuerte corriente del rio lo arrastraba hacia una peligrosa cascada.
El pequeño Luky estaba desesperado, no sabía qué hacer, deseaba salvar a su padre, cerró los ojos fuertemente y se lanzó, sintió que flotaba y abrió los ojos, estaba volando hacia su padre, lo tomó del collar, y volando lo sacó del agua y lo llevó hasta la orilla.
—Padre, padre, pude volar y soy fuerte como Duke, ya tengo mis súper poderes. –exclamó Luky muy emocionado.
El padre sonrió orgulloso, ahora si tenía una verdadera historia de súper héroes para contar.
Saludos amigo @sir-lionel
Interesante historia sobre Luky, el perro que aprendió a volar.
Gracias por su entrada al concurso.
Participante #17
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Gracias a ti por la oportunidad, saludos
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