Puerto de embarque en Choroní, Embotellamiento acuático
Texto y fotografía/William Muñoz La Cruz
Cámara Nikon P510
Las mañanas se vuelven un espectáculo cuando nos encontramos, no con una cantidad de gente, mas bien una cantidad de lanchas que desde la madrugada apuestan por conseguir los mejores puestos. Así, los lancheros apuestan por salir entre los primeros para transportar turistas o a quien le interese ir a Chuao, un pueblo vecino donde solamente se puede llegar por el mar. Motores nuevos o reparados pero en perfectas condiciones y al igual que el armazón, son el único requisito para no entorpecer la faena diaria. Viven del transporte pero también de la pesca. Muchos de ellos tienen doble ingreso debido a estas actividades. Son muy cuidadosos. Cuando viajé en una de estas lanchas estaba limpia, perfecta y rápida como pelicano. No percibí en ningún momento olores de pescado ni nada proveniente de las profundidades de esta costa, todo era perfecto excepto la inquietud marina que nos bamboleaba a su voluntad exaltando el deseo de llegar lo más rápido posible.