Antes yo creía y confiaba con los ojos cerrados, pero nunca me imaginé que las personas pueden llegar hacer tan crueles, hasta con su propia familia.

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Cuando llegue a Perú en noviembre del 2017, fui víctima de trata de personas en Juliaca con mis tíos que venían conmigo desde Venezuela.

Personas que se aprovechaban de la necesidad de nuestros compatriotas para engañarnos y encerrarnos en lugares aislados y sin leyes, fue tal el engaño que nos pidieron nuestros pasaportes para según hacernos un contrato de trabajo, pero fue solo para quitarnos nuestro único documento legal en el país, manteniendonos encerrados y abusar de nosotros laboralmente.

Eso no fue lo peor

Si, juntos pasamos por momentos desagradables, frió, condiciones fuera de lo sano, hasta semanas sin poder bañarnos. Pero no fue suficiente, lo peor es que mi propia familia que estaba allí conmigo, me dejaron a mi suerte. Duré días sin beber algo de agua, que mis labios se rompían, y me iba a dormir con tremendos dolores y entendí que no podía seguir así. No me dolió tanto como las personas de esa ciudad nos trataban, y como ese señor me decía palabras discriminatorias, si no lo poco que valía para ellos, mi "Familia"

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Gracias a que de alguna forma le logró caer en gracia a las personas, conocí a una señora la cual nos sacó de allí, con la excusa que necesitaba modelos para lucir los pantalones en una galería donde los señores que nos tenían encerrados eran dueños. Cuando logramos estar a solas con ella, nos preguntó cómo habíamos llegado a ese lugar y porque estábamos así demacrados. al confesar todo, armamos un plan de escape y como nos enfrentaríamos a esos opresores. Ella nos comentó que esas personas eran malas y tenían mafias con ellos, pero que eran cobardes, una palabra que me dio aliento, porque cobarde yo no soy .

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En enero del 2018, confiado en las palabras de esta mujer, me arme de valor y los enfrenté, con la ley en la mano y alzando mi voz. Yo solo quería salir de aquel lugar a donde fuera, regresar o irme a Lima, donde debí quedarme apenas pise Perú.

Ese mismo día nos echó a la calle sin un dólar en la mano, nos tiró nuestros pasaportes y nos insinuó que él conocía personas que nos podían hacer daño si decíamos algo a las autoridades. en esos momentos no pensé bien las cosas, lo único que quería era salir de allí, quedamos varados en esa ciudad...

Continuara...

Gracias por leerme

@adamsmats

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