Cápitulo 4: El tinglado. Te enseño a usar las marionetas.
No suelo abrir los ojos, ante casi nada, la vanidad de la vida me ha llevado a ser una especie de monje, donde suelo usar el tiempo para meditar, me adapto a cualquier ambiente, la toxicidad es algo relativo, es como la envidia o algo que pudiera convivir en la piel de perros y gatos, no es el lenguaje, tal vez el estilo, la densidad o la falta de esta.
Voy libremente por el mundo, entro en las comunidades (a penas abro un ojo) husmeo lo que pueden o no aportar, conseguir miles de respuestas, alguna queja en algún bufete oficial, o en alguna olvidada oficina de correos, donde puedan incluso conducirme a la policía, luego pueden registrarme, poner mis escasas pertenecías sobre una mesa fría de acero inoxidable, entre los restos una libreta y un trozo de lápiz que uso para escribir y que constantemente le mordisqueo un extremo.
Señor oficial, en mi detrimento, me da igual si me deja en una sucia celda de dos por cuatro, igual voy a tomar mi siesta y no abriré mis ojos hasta pasadas las diez. Tendré más de una excusa para estar totalmente tranquilo y en algún momento tendrán que alimentarme, lo que se convierte en una débil, pero probable ventaja para mí, tendré mi mente tan libre que podré usar una o dos técnicas de telequinesis, voy a usar un cuerpo nuevo, puedo infundir terror en los que me rodean mientras mi cuerpo permanece reclutado.
Pero pensándolo bien puedo escribir, ser mordaz, demostrar cómo se escribe, puedo escribirte una historia dentro de otra historia, puedo detener el tiempo y como con una rueca, ir hilvanándote varias historias que se entrecrucen y sean sumamente tristes o que te dejen sin aliento. Es tan sencillo, tomo el lápiz y es la hoja que tiembla, apenas ando estudiando las primeras lecciones, pero te aseguro que despiertas menos entusiasmo que un pequeño gusanillo queriendo convertirse en una hermosa mariposa (Monarca).
Estuve en alguno de mis viajes trascribiendo textos en monasterios, la comida era algo asqueante, agregaban coles a todos los platos (que no eran muchos tampoco) y yo como hombre libre, decidí en una de esas mañanas, que igual acababa de abrir los ojos pasadas las diez, vagamente estuve escuchando otro de los monjes rezar sus oraciones durante una eternidad, quedaban tan anonadados, que ni siquiera sentía el mal olor de las coles.
Don señor, ¿Qué estilo prefiere usted? Puff, que a mí, me da igual. Después traducir todo esto en cuanto idioma se nos dé la gana y puras hostias. Vamos a usar integración de las nuevas tecnologías, algún proceso informático que se pueda automatizar. Desmantelar la blockchain, reprogramar algunas cosas y subir o no los mercados de criptomonedas, podemos subirle el precio al steem.
¿Seguro qué sabes reprogramar? Escribir códigos es como montar en bicicleta, puedes usar algunos script, deshabilitar los antivirus y deshabilitar las actualizaciones automáticas del Windows, sumado a que la contante de eular (sigue siendo la misma), cuando usamos algunas integrales dobles en una ecuación, y trazamos una recta perpendicular, donde dos puntos situados en un plano representan algo intangible que es complejo imaginar, pero con algo en el estómago ya es muy diferente.
Oficial ya me cansé. Qué tal si jugamos unas partidas de poker, mientras escribo y les dejos algunos apuntes a los muchachos del barrio para que comiencen a versarse en la buena literatura, voy mirando las cartas que va tirando, veo el rostro del comandante, es muy tierno todavía en esto de hacer trampas en las cartas y mientras con el lápiz que he logrado recuperar, voy a mostrarte algo de las teoría del cuento, no voy a hablarte de los deslices de un tal Horacio Quiroga (me disculpa maestro jjj), no voy a hablarte de la famosa teoría de la ventana, lo mejor que para escribir no necesitas tener un principio para la historia, comienzas escribiendo lo que se te antoje (eso sí, cuidado esa boquita con las malas palabras) quizás puedas comenzar incursionando por el realismo sucio, (sin las palabrotas, usar el estilo)
Como ya es pasadas las doce y veinte entonces debo cerrar mis ojitos, de seguro ya el sargento ha perdido cuanto traía encima, por lo que tampoco le recomiendo las cartas, es duro el oficio de escribir (no es cierto ome) pero si me dejas algún pequeñísimo comentario, puedo hablarte al oído, susurrarte cosas que casi nadie conoce.
Olvídate de todo el tinglado, puedo enseñarte a usar las marionetas.
Espero les guste este estilo de escritura, me agradaría mucho que comentaran. Un saludo.
Chapter 4: The set-up. I teach you how to use the puppets.
I do not usually open my eyes to almost anything, the vanity of life has led me to be a kind of monk, where I usually use the time to meditate, I adapt to any environment, toxicity is something relative, it is like envy or something that could coexist in the skin of dogs and cats, it is not the language, maybe the style, the density or lack of it.
I go freely through the world, I enter the communities (I barely open an eye) I snoop what they may or may not contribute, get thousands of answers, some complaint in some official office, or in some forgotten post office, where they may even take me to the police, then they can search me, put my meager belongings on a cold stainless steel table, among the remains a notebook and a piece of pencil that I use to write and that I constantly nibble one end.
Mr. Officer, to my detriment, I don't care if you leave me in a dirty two-by-four cell, I'm still going to take my nap and won't open my eyes until after ten o'clock. I will have more than one excuse to be totally quiet and at some point they will have to feed me, which becomes a weak, but likely advantage for me, I will have my mind so free I can use a telekinesis technique or two, I will be using a new body, I can instill terror in those around me while my body remains conscripted.
But on second thought I can write, I can be scathing, I can demonstrate how to write, I can write you a story within a story, I can stop time and as with a spinning wheel, I can spin you several stories that intertwine and are extremely sad or that leave you breathless. It is so simple, I take the pencil and it is the leaf that trembles, I am just studying the first lessons, but I assure you that you awaken less enthusiasm than a small worm wanting to become a beautiful butterfly (Monarch).
I was in some of my trips transcribing texts in monasteries, the food was something disgusting, they added cabbages to all the dishes (which were not many either) and I as a free man, decided on one of those mornings, that I had just opened my eyes after ten o'clock, I was vaguely listening to another of the monks praying their prayers for an eternity, they were so stunned, that I did not even feel the bad smell of cabbages.
Don señor, what style do you prefer? Puff, I don't care. Then translate all this into whatever language we want and that's it. We are going to use the integration of new technologies, some computer process that can be automated. Dismantle the blockchain, reprogram some things and raise or not the cryptocurrency markets, we can raise the price of steem.
Are you sure you know how to reprogram? Writing codes is like riding a bike, you can use some script, disable antivirus and disable Windows automatic updates, added to that the eular counter (remains the same), when we use some double integrals in an equation, and draw a perpendicular line, where two points located in a plane represent something intangible that is complex to imagine, but with something in the stomach is already very different.
Officer, I've had enough. How about playing a few games of poker, while I write and give some notes to the boys in the neighborhood so that they can begin to learn about good literature, I am looking at the cards he is throwing away, I see the face of the commander, he is still very tender at cheating at cards and while with the pencil I have managed to recover, I am going to show you some of the theory of the story, I am not going to talk to you about the slips of a certain Horacio Quiroga (excuse me teacher jjj), I am not going to talk to you about the famous theory of the window, the best thing is that to write you don't need to have a beginning for the story, you start writing whatever you feel like (that yes, watch that little mouth with the bad words) maybe you can begin by dabbling in the dirty realism, (without the swear words, use the style).
Since it's past twelve twenty then I must close my little eyes, surely the sergeant has already lost all he had on him, so I don't recommend letters either, it's hard to write (isn't it true ome) but if you leave me some tiny comment, I can talk in your ear, whisper things that almost nobody knows.
Forget the whole rigmarole, I can teach you how to use the puppets.
I hope you like this style of writing, I'd be very pleased if you comment. Best regards.