Facetas, Lucía

Esta semana @vivigibelis nos plantea una nueva edición de Facetas, donde nos invita a exponer nuestros pensamientos respecto a la vida de Lucía. Antes de dar mi punto de vista, invito a @genomil, @solperez y @zorajaime a sumarse a esta reflexiva actividad.

https://steemit.com/hive-188619/@vivigibelis/iii-edicion-concurso-facetas-lucia

Cuando formamos una familia o decidimos vivir en pareja, surgen situaciones, retos, eventualidades que ameritan decisiones. Quizás el verlas desde afuera haga más fácil analizar los aciertos y desaciertos.

Así los veo yo.

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Son aceptables y respetables los sacrificios, entregas o acuerdos que cualquier persona desee hacer por sus seres queridos. Sin embargo, en el caso de Lucia pienso que también se debe querer un poco más ella y pensar en su hijo. A veces se hacen cosas que parecen por el bien de la familia, pero no necesariamente es eso lo que se logra.

Me pregunto si no está pensando demasiado como mujer, aferrada a su pareja, aunque éste no ha demostrado respeto por ella. Me pregunto si ella lo quiere más a él que a sí misma.

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La infidelidad no debería tolerarse. Puede que decidas perdonar una infidelidad, pero si ésta continúa, alguien necesita terapia.

Parece increíble, pero algunas mujeres que toda su vida han sido dependientes de su pareja toleran esto por necesidad y por no decidirse a ser productivas por sí mismas, entre otras cosas, pero considero que Lucía ya estaba en condiciones de superar esa etapa.

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Ella ya hizo un primer sacrificio por su familia y le pagaron con infidelidades. Decidió perdonar o aceptar esto, pero ahora la vida le propone otra cosa. Soy fiel creyente de la libertad, en pareja y en solitario.

Pienso que ella debe soltar, dejar que su marido vaya a donde él necesite o desee ir a trabajar. Siendo prácticos, él seguramente le será infiel estén juntos o no, tiene una casa propia y un trabajo del cual vivir, además de un hijo que proteger. ¿Cómo puede ser una buena idea ir a vivir alquilada, con otras personas, y sin trabajo a empezar de nuevo? No creo que pueda ser feliz así, a menos que su felicidad sea estar pegada a su esposo, aunque no la quiera ni la respete.

Para dejarlo muy claro: debería quedarse en su residencia actual, con su hijo y continuar en su trabajo.

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Los hijos influyen en que aceptes o negocies ciertas circunstancias, aunque no te hagan del todo feliz. Pero a veces son el pretexto de algunas madres y padres para no tomar decisiones de vida. Sin embargo, en el caso de Lucía, si piensa en su hijo verdaderamente debería darse cuenta de que él estará mejor si su mamá está bien, satisfecha con sus decisiones, capaz de valerse por sí misma, en un hogar estable y seguro.

No le podemos achacar a nuestros hijos el aceptar atropellos e infidelidades, además de ser un pésimo ejemplo para ellos al no darnos a respetar.

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Posiblemente, pero el hecho de que deje ir a su marido no significa que ella deba buscar pareja de inmediato, por lo tanto no debería estar pensando en el "bueno por conocer" todavía. Seguramente llegará sin necesidad de buscarlo, en su debido momento.

No soy para nada partidaria del divorcio, pero en este caso eso no está planteado aún. Es una posibilidad de separación por motivo del trabajo de él. Pero no deja de ser una oportunidad para ella de terminar esa relación o al menos darse un tiempo, gracias a la distancia.

Por ahora, la distancia de su esposo, puede servirle para ver mejor las cosas.

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En parte, entendí que al descubrir la traición de su esposo, lo haya "perdonado" porque su orgullo quizás no le permitía regresarse a casa de su familia, tal vez con el sentimiento de fracaso, disminuida emocionalmente, sin empleo.

Ahora que tiene la posibilidad de sentirse más plena, al menos en lo laboral, no comprendo que esté dispuesta a dejar esa oportunidad para seguir tras su esposo.

Puede tener que ver con la forma en que hemos sido criados, las expectativas que nos inculcaron desde pequeños, las inseguridades personales, las presiones sociales.

Releyendo me acordé de una amiga, muy parecida a Lucía: profesional, hermosa, elegante, gran madre y esposa. La única diferencia es que siempre trabajó y no vivía de mudanza en mudanza. Su esposo le falló unas cuantas veces y hoy en día es ella quien está con él mientras un proceso degenerativo lo va dejando ciego. Pienso que ella es una santa y actuó conforme a sus valores y a lo que se esperaba de ella, pero si hubiera decidido hacer lo contrario, estaba en todo su derecho también.

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Propongo el nombre Almudena para una nueva edición.

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