Por la tarde pasé un tiempo en una playa tranquila, me senté a disfrutar del agua verde del mar desde la distancia, las suaves olas. El borde de la montaña mostraba un mar brillante, el verde azulado se sentía cálido debajo de mí, mientras el viento frío acariciaba mi cuerpo. El mar verde turquesa brilla bajo la luz del sol, creando un panorama relajante.
Observé pequeñas islas ubicadas a unos 200 metros de la superficie de una montaña lejana y monos buscando comida. Los sonidos naturales se mezclan armoniosamente, creando una atmósfera de paz. A mi lado, las olas rodaban formando espuma blanca que bailaba en la playa.
Me senté en la playa con una taza de café en la mano, reflexioné sobre la vida, sentí una paz difícil de explicar. Cuando el sol comenzó a ponerse, el cielo se volvió naranja y morado, recordándome lo hermosos que son estos momentos simples que no podemos olvidar. Aquí, en la playa, todos los problemas parecen haberse evaporado y solo quiero disfrutar de la belleza natural que no puede ser reemplazada por nada.
Después de disfrutar de la belleza de la playa, mis amigos llegaron a recibirlo. Nos invitaron a comer fideos con camarones en un puesto cerca de la playa que sabían que estaban deliciosos. Desafortunadamente, en la casa de mi amigo hay muchos camarones y cangrejos. Emocionados por probar los fideos allí usando un Honda, inmediatamente limpiamos los camarones y el cangrejo.
En el viaje caminamos juntos, riendo y bromeando, sintiendo el cálido ambiente de la tarde. Al llegar al puesto, inmediatamente nos saludó el apetitoso aroma de los fideos de camarones y cangrejo. Después de pedir, nos sentamos a la mesa de madera de forma relajada y agradable.
Cuando llegaron los platos, se sirvieron fideos de camarones y cangrejo típicos de los niños de Aceh con mei de Aceh. Compartimos historias y disfrutamos de la comida. Este momento, entre el sonido de las olas y el calor de la amistad, me hizo sentir muy agradecido con Dios. Esta noche es un hermoso recuerdo que recordaré por siempre.
Después de disfrutar de la belleza de la playa, mis amigos llegaron entusiasmados. Nos invitaron a comer fideos con camarones en un puesto cerca de la playa que tenía fama de estar deliciosos.
Caminamos juntos, riendo y bromeando, sintiendo el cálido ambiente de la noche. Al llegar al puesto, inmediatamente nos saludó el apetitoso aroma de los fideos de camarones y cangrejo. Emocionados, nos sentamos en una mesa de madera con una vista aún impresionante del mar.
Cuando llegó el plato, los fideos con gambas se sirvieron con una rica salsa y gambas frescas. Compartimos historias y disfrutamos de la comida, mientras mirábamos el cielo que empezaba a oscurecerse. La noche se volvió más animada con risas y bromas, contribuyendo a la calidez del ambiente.
Este momento, en medio del sonido de las olas y los pájaros en el bosque, crea la calidez de la amistad, haciéndome sentir muy agradecido. Esa noche fue un hermoso recuerdo que recordaré por siempre.
Salam @furqanarr
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