A mis niños siempre les gusto hacer voladores, pero prefería cuando salían en grupo para el parque ya que en el centro de la ciudad era más problemático por los cables de los postes del alumbrado público.
Para algunos festivales les compré papel de colores, pero después terminaron haciéndolos de bolsas de plástico de varios colores, así duraban más, contra la lluvia y maltratos en el transporte.
En una ocasión agarraron la idea de ponerles caritas a los cometas, era algo curioso, también habían momentos en que usaban bolsas de las boutique, entonces salían los logotipos de las marcas y los nombres, quedaban como personalizados.
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