Hoy quiero contarles un poco de mi vida y la fe...
Soy una mujer que se crió en una familia denominada católica, pero que sólo iba a la iglesia en bautizos, bodas y en algunas misas de difuntos; sin embargo creen en los trabajos de brujos y en la lectura del tabaco, yo siempre me sentí un poco distante de ciertas costumbres familiares, como los velorios, los rezos a los difuntos y los cabo de años conmemoración para recordar a los familiares en el primer año desde su fallecimiento), porque siempre he pensado que una situación tan dolorosa como la muerte debería respetarse para quienes la están viviendo, por supuesto creo necesario el apoyo para sobrellevar la situación, pero también respeto el tiempo de duelo de cada persona, porque todos somos diferentes y sentimos de maneras distintas nuestras emociones.
Así crecí y me volví adulta, pero con las mismas diferencias con respecto a la religión, y casi olvido mencionar que estudie mitad de la primaria y toda la secundaria en un colegio católico y que pertenecí a grupos de convivencia escolar y fui catequista en mi etapa de secundaria (más como requisito del colegio que por voluntad propia), y a pesar de ello no me identifiqué mucho con el catolicismo, pero si alimentó mi curiosidad por Dios y quien era, ¿cómo algunas personas hablan de él con tanta convicción?. Comencé a indagar por mi cuenta en Internet, en la biblia, en folletos evangélicos, a conocer un poco de otras religiones, el cristianismo, el judaísmo, el budismo, los rastafari, el hinduismo, leí y leí sobre todas ellas y muchas otras, pero aún no siento que pertenezco a alguna; no sé si no pertenecer este mal.
Con los años, ya en la etapa de la adultez o mejor dicho, de la adolescente que comenzó a crecer, comenzaron los malos ratos, las depresiones, los problemas de la vida, los engaños, las mentiras, la falta de autoestima. La rebeldía dejó de tener sentido y comenzó a entrar en conflicto con mi razón; no podía seguir siendo esa chica contracorriente e hiriente que decía y actuaba sin pensar, porque en efecto hería a los demás. Hice muchos "amigos" a lo largo de los años, porque de verdad conocí mucha gente, pero fueron pasajeras, un par de años que fueron muy oscuros para mi me sentí sola, si, muchos hablan de una habitación llena de personas y sentirse igual, pero yo no pensaba eso, yo pensaba: y si yo necesito a alguien de vida o muerte ¿a quien tengo? (por supuestos siempre he tenido una familia unida y que siempre me han apoyado en todo), pero en esta etapa no era amor familiar, no eran amigos, no era una pareja, era algo más, eso que me faltaba y aún no identificaba.
Así viví un par de años (nunca dejé de investigar sobre la percepción de Dios en las diferentes religiones), hasta que vi como cambió la vida de una persona cercana (voy a omitir detalles de su vida por respeto a su privacidad, pero voy a mencionar que fue muy unida a mi y vivimos muchas experiencias que moldearon mi vida), de verdad la vida de esta persona dio un giro total cuando creció su fe, se hizo muy católica y me demostró que cuando uno comienza a quererse más, puede querer a los demás con facilidad, pero lo que más me despertó es que ella confiaba en que Dios nunca la desamparó, que todo era necesario para aprender a valorar todo lo que lograría más adelante. En base a esta experiencia yo tuve una revelación, y comencé a charlar conmigo primero, en modo de auto-analizarme, entenderme y comprender quien soy, llamémoslo proceso de aceptación, poco a poco fui sintiendo que las cosas se iban enderezando y comencé a hablar con mi Dios (sí, mío); a fin de cuentas todo lo que leí sobre las religiones y sus deidades, me hicieron concluir que la percepción de Dios es la misma, es benevolente, piadoso, aleccionador, pero sobre todo protector; y creo que lo más curioso para mi, fue reconocer que en cada travesía, en cada cambio significativo en mi vida he conocido personas que me han ayudado desinteresadamente y todas han sido personas de una fe profunda, a las cuales Dios las ha transformado.
Todas esas "casualidades" han sido mi Dios, dándome herramientas y experiencias para vivir mi vida, para disfrutarla, amarla y compartirla, él siempre estuvo allí, en mi primer trabajo en el cual comencé con muchas dudas sobre mis capacidades, en mis amistades, que solas se fueron mostrando con honestidad y cariño, en mi pareja que me ha enseñado tanto de mi y del amor hacia el prójimo, en las personas que me brindaron un techo fuera de mi hogar, en mis compañeros de trabajo donde siempre encuentro con quién reír, en los vecinos que he conocido en tierras extranjeras y que me han extendido su mano sin conocer mis dificultades, Dios siempre está con nosotros, pero la mayoría del tiempo no lo vemos porque nuestra mente suele darle más peso a lo negativo; si comenzamos a ser más agradecidos y más optimistas nos daremos cuenta que la solución a muchos problemas está allí, frente a nosotros sólo hay que sacudir el polvo y los escombros que dejan las tormentas para edificar la vida que queremos, es cuestión de visualizarnos, y trabajar con la convicción de que lo lograrás.
Mi Dios nunca abandona a quien lo necesita, pero sobretodo a quien le reza con fe, yo lo veo más como un padre que nos deja caer, pero después nos dice, "¿ves que no te las sabias todas?", ven yo te enseño!; para mi Dios es así. Todos deberíamos tener nuestro Dios, sí, tu Dios customizado, adaptado a tus creencias, a tus temores, pero siempre amoroso, compasivo y protector.
Gracias por leerme, espero puedan conectar con mi historia y sino igualmente me encantaría saber tu opinión al respecto.
Besitos!
Marianifel.