Concurso Coti-amigo: Cuentanos tu historia Paranormal - "No vayas al baño de Noche" / Por @marvinvelasquez

Saludos queridos amigos de la comunidad de Comunidad Latina, siempre es un gusto saludarles, desearles éxitos y bendiciones desde el lugar en que se encuentren, además de agradecerles por el tiempo que se toman para leer estas líneas, las cuales les escribo con mucho placer y cariño.

El día de hoy voy a participar en el concurso coti-amigo: Cuéntanos tu historia paranormal, de nuestro amigo @soywilfredg, voy a participar con una anécdota que me ocurrió hace unos años, cuando era patrullero nocturno. Fue algo bien escalofriante que nos sucedió a un grupo de personas que nos encontrábamos de guardia esa noche, asi que les cuento la historia.

Era una guardia nocturna como casi cualquier otra, estabamos patrullando el centro de Caracas. Era sabado si la memoria no me falla, tuvimos un inicio de noche con mucho movimiento, borrachos, peleas, violencia de genero, algo comun los fines de semana en la Caracas nocturna de tiempo atras.

Posterior a la media noche, el movimiento se calmaba, los locales nocturnos que no tenían conjuntos de música en vivo comenzaban a cerrar sus puertas y la gente comenzaba a marcharse hasta sus casas, otros buscaban donde amanecer para no tener que pagar un taxi. Ya a las 2 de la mañana el centro estaba casi desolado, con alguno que otro transeúnte caminando aventuradamente, sumergidos en los efectos de las bebidas alcohólicas.

El comandante de la unidad se estuvo quejando de una dolencia estomacal, que le estuvo molestando durante la guardia, al parecer algo que comió durante la cena le hizo daño, por lo que le pidió al conductor que nos acercáramos al Palacio Municipal en la Plaza Bolívar, para pedirle el baño prestado al personal de seguridad interna que estaba de turno. Nos encontrábamos a pocas cuadras, por lo que en menos de cinco minutos estábamos en el lugar.

Sin mediar muchas palabras con el personal de seguridad interna, les pregunto donde quedaba el baño, con la mano uno de los agentes señalo una escalera de madera que conducía a las oficinas superiores, a paso muy rápido el comandante subió al baño. Los demás nos quedamos conversando con los agentes de seguridad interna, hablando de trabajo y como nos había tratado hasta el momento la noche.

Unos diez minutos después de su subida bajaba el comandante con cara de pocos amigos, estaba muy molesto porque algún gracioso empezó a golpearle la puerta del baño y no le permitió hacer sus necesidades en paz. Nosotros perplejos, nos vimos confundidos y luego todas las miradas se dirigieron al comandante, le dije con respeto que nadie había dejado la entrada del palacio y que nadie había subido. El supervisor de seguridad interna le dijo que no se molestara, pues en esos edificios de data vieja, como el Palacio Municipal, existen fantasmas y aparecidos que tienden a asustar a las personas que pernoctan en ellos. Al comandante le cambiaron los colores del rostro, su expresión de disgusto cambio por una de susto.

En ese entonces yo era un muchacho muy curioso, comencé a preguntarle al supervisor de seguridad sobre detalles, que cosas sucedían en el palacio. Me conto muchas historias la hora que estuvimos descansando en la entrada, pues nadie se atrevía a ir mas allá del patio principal. A eso de las 4 am, el comandante nos pidió alistarnos para volver al patrullaje, aproveche la oportunidad para decirle que iría al baño, quería ver que era lo que sucedía con mis propios ojos.

Aunque era lo que buscaba, les confieso que si fue una experiencia aterradora. Al entrar al baño y cerrar la puerta sentí pasos en el pasillo que se dirigían a la puerta del baño, también me paso por la mente que podía ser alguno de los compañeros en son de broma por intentar dármelas de valiente, pero escuchaba claramente sus voces abajo. Golpearon la puerta repetidamente y lo ultimo que escuche fueron arañazos, no lo soporte mas y la abrí rápidamente, pero no vi a nadie. en el espejo al lado de la puerta estaba la planta de una mano marcada. Acelere el paso y baje velozmente, mis compañeros entendieron que también fui victima de un susto.

Con el tiempo volví de madrugada al palacio y cuando necesitaba usar el baño, llegaba saludando al espacio vacío y pedía permiso para entrar a usar las dependencias. Algunas veces me asustaban, otras no pasaba nada. Mucha gente se extrañaba sobre le porque los agentes de seguridad interna preferían dormir en el piso de la entrada, que en los dormitorios que les acondicionaban para tal fin. Solo unos pocos sabíamos la historia de este habito que se mantuvo hasta mi ultimo año en la fuerza.