La comunidad de las palomas Suicidas

Los humanos son los únicos seres vivos capaces de suicidarse, según la inteligencia supina de estos que se asumen los seres superiores que habitan el planeta y por lo tanto violan todas las reglas impuestas por la naturaleza.

Soy una paloma, de esas que bautizaron como mensajeras, porque creímos que ayudándolos estos tendrían un trato mejor con nosotras, pero nos equivocamos, seguimos formando parte de su mesa y lo que llaman arte culinario que de esto no tiene mucho, aunque nos queda el alivio que somos un plato algo exótico.

Vivo en una comunidad que un día decidió tomar la justicia por su mano y declararle la guerra, aunque lógicamente sin que ellos lo sepan, cansadas de los abusos cometidos y del hecho que debemos vivir entre postes de alumbrado público porque las casas ya no tienen lugar para nosotras y los arboles escasean.

Es lo que los humanos llaman Villas, lugares cercados y cerrados donde habitan para protegerse de otros iguales a ellos que les gustan robar y hasta matar a sus semejantes.

En un primer momento nos ignoraron y hasta señalaban con extrañeza, acostumbrados a la soledad donde se esconden y a que éramos lo único natural, ya que hasta el césped que engalana sus casas y las plantas son artificiales.

Pero todo cambió un día cuando el viejo Jacobo, quien era el más longevo de nuestra comunidad, por problemas de visión chocó contra una pieza colocada en el tendido eléctrico que se encuentra sobre lo que llaman transformadores y provocó una explosión que dejó sin electricidad al lugar, con la pena que este con el impacto murió.

Fue a finales de la tarde y la conmoción fue total, le gente corría de un lado a otro y gesticulaban palabras y señalamientos contra el cuerpo sin vida de Jacobo que permanecía guindando en el lugar del accidente.

Pasaron horas para que el servicio de reparaciones, tal vez por lo lejano de la Villa o por otro motivo llegara a resolver el problema y lanzara el cuerpo de nuestro amigo al piso, en ese tiempo observamos como la desesperación de los humanos fue en aumento ya que sin ese servicio es poco lo que pueden hacer.

Pasado el luto nos reunimos y decidimos hacerles la vida difícil a los humanos y para eso, aprovechando lo aprendido con Jacobo, decidimos atacar el tendido eléctrico del lugar, para eso fuimos buscando los puntos clave y tras localizarlos ideamos un plan, que puede sonar macabro, pero ha sido efectivo.

Nos fuimos entrenado para repetir, esta vez conscientemente, el accidente del anciano y sorteándonos el lugar para ser los émulos de este. De esta manera nuestra comunidad se transformó en kamikazes que fueron dando su vida para fastidiar la de quienes nos han hecho lo mismo con la nuestra.

Fuimos aprendiendo con cada muerte cuales eran las horas que resultaban más caóticas para ellos y también descubrimos cual era el punto principal donde no solo lográbamos dejar sin electricidad la villa sino también los alrededores.

Nuestra comunidad en lugar de mermar fue creciendo ya que otros individuos fueron apoyándonos y hemos logrado mantenernos a salvo de la persecución de los cuasi inteligentes humanos que detectaron después de decenas de fallas que éramos las culpables de las mismas y han tratado de atraparnos o matarnos.

Hoy les narro esto porque me ha tocado a mí ser el objeto de las desgracias de ellos y vuelo tranquila, esperando el momento para dar mi vida por el bien de la causa, ojala el futuro sea diferente para nuestros predecesores pero lo dudo, ya que el humano nunca aprenderá que la naturaleza es la madre y no la esclava de ellos.