Los gallos afuera de la casa comenzaron a cantar y a competir para ver quién tenía la voz más dulce 😆 Inmediatamente me levanté y me di una ducha, luego cumplí con mis obligaciones como musulmán realizando la oración del amanecer. Luego desperté a mi marido y a mi hija para prepararnos inmediatamente para ir al hospital.
Hoy es el día de revisión de mi esposo para verificar el estado del dolor que siente. Abrí la ventana del dormitorio y mis ojos quedaron deslumbrados por la brillante luz del sol que brillaba en la mañana, la luz amarillenta era tan hermosa, por un momento quedé asombrado por la belleza.
Alrededor de las 09:00 WIB llegamos al hospital después de una hora de viaje desde casa hasta Lhokseumawe, el ramo estaba plano. El viaje agotador, quemado por el sol, barrido por el viento en la carretera, el polvo y el humo de otros vehículos me dejaban sin aliento. Entonces, cuando llegamos al frente, inmediatamente estacionamos nuestra moto y nos dirigimos a la sala de registro para pasar inmediatamente a la sala de exámenes.
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Vaya, me sorprendió lo lleno que estaba hoy y tal vez tendríamos que esperar mucho tiempo en el mostrador de registro. Mientras mi esposo esperaba a que lo llamaran, mi hija y yo entramos a la sala de espera. Me sentí más cómoda sentada en una sala fresca y leyendo un libro para saber más y aumentar mis conocimientos.
Estuvimos esperando casi media hora y me sentía mareada porque no había comido. Salí de la sala con mi hija y me senté en el comedor para pedir comida primero y luego volví a la sala de espera. Cuando regresé, resultó que mi marido ya no estaba allí. Había ido a la habitación para que lo examinaran. Fui allí rápidamente con mi hija después de recibir un mensaje de mi marido.
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Después de esperar 30 minutos, mi esposo finalmente salió de la habitación y se dirigió a la farmacia, porque hoy era lunes y muchas otras personas estaban ocupadas buscando tratamiento en este hospital. Entonces entregué la receta de mi esposo y me dieron la cola número 179 y luego me llamaron la número 70, mi turno aún estaba lejos.
También salimos de la sala porque estaba llena de gente tomando medicamentos a esa hora. El hospital había dispuesto sillas o bancos, pero no eran suficientes porque había demasiada gente, así que algunos se quedaron de pie y nosotros optamos por irnos.
Afuera es más agradable y no está sofocante, puedo moverme libremente y sentarme en el suelo. Escuché que me llamaban por el altavoz y entré inmediatamente a buscar la medicina.
Después de tomar nuestra moto, salimos por la salida y pagamos la tarifa de estacionamiento de motos, luego paramos en un puesto de comida de Padang para almorzar porque nuestros estómagos ya estaban gruñendo. Pedimos dos raciones de arroz, después de comer nos relajamos un rato y luego nos fuimos a casa.
todas mis fotos.
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