Cena en familia en Warung Bambu Kr Geukueh (24-09-2024)

Esta mañana, el ambiente en casa se siente tranquilo pero ajetreado. El sol acababa de salir y dejaba entrar una suave luz a través de la ventana de la cocina. Después de la oración de la mañana, decidí ayudar inmediatamente a mi esposa en la cocina. Hoy parece que preparará un desayuno especial.

Primero, ayudé a lavar algunos de los ingredientes que se usarían: vegetales frescos y algunas especias de cocina. Estoy feliz de participar en esta actividad, aunque es simple, se siente muy significativa. Mientras picábamos cebollas y chiles, tuvimos tiempo de charlar ligeramente sobre los planes de hoy. También preparo arroz en la olla arrocera mientras mi esposa prepara las guarniciones. El aroma de la cocina comienza a extenderse por toda la casa, dando una sensación de confort única por la mañana.

Después de terminar de preparar el desayuno, nos sentamos juntos a disfrutar del resultado de la cocción. Hay una calidez especial en la convivencia de esta mañana, aunque sea sencilla pero llena de significado. Después de comer, lavo los platos, dándole a mi esposa un poco de tiempo para descansar.

Hoy se le ve feliz, tal vez porque esta pequeña ayuda puede facilitarle un poco su trabajo. Se siente bien poder empezar el día ayudándonos unos a otros, incluso en cosas que otras personas podrían considerar triviales.

Hoy transcurrió bastante relajado. Después de pasar la mañana ayudando a mi esposa en casa, hacia el mediodía me tomé el tiempo para disfrutar de unos sencillos fideos fritos que hice yo mismo. El sabor es distintivo, con un poco de picante, tal como a mí me gusta. Como complemento, también saqué agua de coco joven fresca del frigorífico. La combinación de fideos fritos calientes y coco tierno frío es realmente refrescante y te da energía para pasar el resto del día.

Por la noche, mi familia y yo decidimos cenar en Warung Bambu Krueng Geukueh, nuestro lugar favorito para relajarnos juntos. El ambiente allí siempre es agradable, con el sonido del río que fluye suavemente cerca de la tienda. Pedimos algunos de los favoritos de la familia: pescado a la parrilla, espinacas de agua salteadas y pasta de camarones con chile que estaba perfecta para la lengua. La convivencia en la mesa esa noche fue muy cálida, además las risas de los niños hicieron que el ambiente fuera aún más animado.

Después de comer, nos sentamos un rato disfrutando del tranquilo ambiente nocturno en el puesto de bambú, mientras charlamos alegremente sobre los planes para el fin de semana. Sentí que hoy iba perfectamente: una mañana productiva en casa, una tarde fresca y una noche llena de unión.

Saludos @sisol