El Perro Fiel (Parte 17) Novela sin terminar

in hive-188619 •  2 years ago  (edited)

La novela no es de mi autoría, es de mi querido amigo Arturo Rejón y estoy haciendo la seguidilla para mi antigua cuenta la cual no pude recuperar

El Perro Fiel (Parte 16) Novela sin terminar.

_ Tus vacaciones fueron muy cortas… - dijo acurrucada en su pecho.

_ Te lo dije, solo me iría el tiempo suficiente. -

_ ¿Me extrañaste? -

_ Más de lo que crees mi pequeña Tina - le dijo susurrándole con suavidad para luego separarse de ella y quitarse su chaqueta.

_ ¿Llegaste hoy temprano? -

_ Así es, tenía la esperanza de que estuvieras aquí entrenando tu sola - dejo a un lado su chaqueta en el suelo y levanto su espada con el pie para atraparla en el aire.

_ ¿Ya fuiste a ver a mi abuela? -

_ No… vine directo a verte a ti… - balanceo y giro su espada un poco – ¿Guardarías el secreto? -

_ No diré nada si tu no dices nada. - dijo guiñándole el ojo para luego ir por su espada, pero apenas la tomo en su mano giraría para bloquear un golpe directo de Nico.

_ Bien, veamos que tal te fue entrenando por tu cuenta. -

Aquel alto mayordomo volvería de inmediato a sus tareas, y la primera de la mañana era ser un estricto instructor, sin perder ni un segundo este atacaría un par de veces más a Tina que eludiría y bloquearía efectivamente cada golpe lanzado, luego retrocedería sonriendo, se acercaría a donde había arrojado su chaqueta y dejaría sus botas para quedar descalzo, rápidamente movería su espada bloqueando una estocada de Tina que llegaría sorpresivamente por la espalda, con un par de pasos largos lograría ganar distancia esquivando un par de cortes más, estaba complacido, su aprendiz había ganado mucha destreza y también algo de malicia para atacarle así por la espalda.

Era como si Tina se hubiera vuelto alguien diferente, parecía haber ganado más experiencia, su mente y su cuerpo actuaban muy bien en conjunto, así que Nico se volvería más agresivo, dejaría más peso en cada golpe, y de inmediato Tina entendería que estaba aumentando la presión, podía sentirlo en su mano, un par de golpes y ya sentía su mano temblorosa como antes, entrenar contra la sombra de Nico le dio más destreza, pero en la parte física seguía estando en desventaja.

Aquella joven no era tonta, sabía que llevar la pelea por la vía de la fuerza era un error, así que optaría por su agilidad, su corta estatura le daba un centro de gravedad más estable, pero Nico no se quedaba atrás, él era muy rápido también, logrando alcanzarla y arrinconarla de nuevo.
Descartada la fuerza y la velocidad, aquella joven contaba con otro par de tácticas, ya que su corta estatura aun le daba cierta ventaja en movilidad, desviaría lo mejor posible las estocadas de Nico, hasta que por fin encontraría una abertura lo bastante amplia, una que en términos normales era muy pequeña, pero no para ella, y en un movimiento ascendente Tina lanzaría una estocada al pecho de Nico, pero controlándola de manera que solo fuera un simple toque, por fin, había logrado alcanzarle, pero tarde se daría cuenta que su victoria era solo un empate, ya que Nico tenía su espada justo en su cuello.

_ Felicidades. - dijo Nico retirando su espada.

_ Gracias. -respondió la joven entre jadeos, sonriendo medianamente satisfecha,

_ Mejoraste bastante, si sigues así estarás lista muy pronto para aprender el secreto de la esgrima de tu familia. -

_ No hace falta, ya lo descubrí. - dijo caminando de forma rítmica dándole la espalda.

_ ¿Ah si? - exclamo Nico incrédulo.

_ Dos sables… el estilo de mi familia es a dos sables, por eso haces ademanes con tu mano libre, no es por decoración o por lucir, son los movimientos que están grabados en tu cuerpo. - declaró ella de forma confiada, fijando su vista de nuevo en el pelinegro.

Nico la miro por unos segundos, luego sonreiría _ Empatas un combate a duras penas y ya crees saber todo, ¿No? - dijo en un tono de superioridad _ Pero tienes razón… -

_ ¿Eso significa que ya me lo enseñaras?- pregunto muy emocionada.

_ No, no está lista aun. -

_ ¿De qué hablas? Te iguale en combate, deberías ahora mismo estar emocionado por eso ¿No? -

_ Yo no diría igualar, aun no me haces pelear verdaderamente en serio, si logras eso, te enseñare a luchar con ambas espadas. -

_ No seas vanidoso, es el estilo de mi familia, corre por mi sangre la destreza y lo sabes - levanto su espada apuntándole de manera retadora – Así que te demando que me muestres el estilo. -

Nico dejaría si gesto alegre de siempre, estaba viendo de nuevo esa faceta negativa de Tina, cuando quería algo era capaz de hacer y decir lo necesario para salirse con la suya, así que decidió darle una lección jugando su juego – Está bien, te lo mostrare - caminó al estante de las armas, dejo su sable de practica en su lugar, buscó entre los cajones y sacó un cinturón para llevar espadas con una distribución muy peculiar, tenía espacio para llevar dos sables del lado izquierdo, pero uno se llevaba en la parte trasera, luego busco un par de espadas y las enfundo – ¿De verdad crees estar lista? - dijo sin voltear a verla.

_ Yo… - se permitió un segundo para analizarlo, se dio cuenta de que había tomado un par de espadas de hoja ancha, de las más pesadas, estaba segura que por más fuerte que fuera no podía usarlas con facilidad, tenía una ventaja – Lo estoy - respondió.

Nico se daría la vuelta y volvería a ponerse frente a la joven, adopto una postura muy diferente a la usual, era erguida, elegante, posando sus manos con delicadeza en las empuñaduras pero sin intención de desenvainarlas. Tina se tomaría un momento, estudiaría a que se enfrentaba, sin bajar su espada rodearía a Nico, pero este se mantuvo quieto, ni siquiera la seguía con la mirada, incluso al haber salido de su rango de visión este no cambio su postura, esto tentaba a la joven a atacarlo, pero ya antes había podido reaccionar a sus ataques por la espalda, por otra parte, esas veces él tenía su espada desenfundada, nuevamente analizo la situación antes de moverse, ni siquiera estaba sosteniéndolas, era como si solo descansara las manos en las empuñaduras.

No había manera de leer el comportamiento de alguien así, estaba quieto como una roca, y su aura era sobrecogedora, como si fuese otra persona, tal presión le apretaba el pecho, era como afrontar una cúspide que lucia imposible, de pronto sentía que su espalda estaba muy lejos de ella, la frustración era insoportable.
Concentrando toda la tensión de su cuerpo en su espada, y en un involuntario grito se abalanzo contra Nico, el filo de su sable trazo un ángulo desde el hombro hasta la cadera, sus ojos le decían que lo había alcanzado, pero su tacto le reclamaba que mentía, había cortado nada mas que al aire, y el mayordomo estaba a un lado, dándole la espalda.

Otro potente ataque, esta vez un revés de su espada, cortaría el vacío, y de nuevo le daba la espalda, la furia se apodero de ella, una y otra vez se lanzo, y ese alto mayordomo solo esquivaba sus ataques sin intención de liberar las hojas de su funda. Tras una serie de ataques consecutivos Tina ya jadeaba, logro escuchar un ligero suspiro de decepción proveniente de Nico, que seguía sin dignarse a darle frente, de pronto un sentimiento de tristeza mas que de furia llenaría su pecho, habían pasado unas semanas sin verse, y una parte de ella quería ver esos ojos amarillentos.
Como una niña que hacia pucheros para que le prestaran atención, corrió directo a la vanguardia de su oponente, golpe tras golpe falló, el solo se movía apenas dando un par de pasos, pero a pesar de estar frente a el, sentía que esos ojos no la veían, cada corte eran como gritos desesperados – '¡Mírame! ¡Mírame!' - gritaba en su mente, se sentía invisible frente a el.

De pronto un sonido, era acero contra acero, su mano se sentía ligera y señalaba al techo involuntariamente, mientras que frente a ella Nico hacia lo mismo con su sable desenfundado, luego otro estruendo, entonces lo entendió, en un solo movimiento el la había desarmado, fue tan veloz, aquella espada que se veía han pesada se había movido tan rápido como un parpadeo.
Ambos se quedaron quietos, ella había sido enmudecida, el seguía sin mirarla, luego enfundo su espada – De nuevo… - dijo sin más y dio un paso atrás.

Tina sentía que ese golpe lo había recibido más fuerte su orgullo que su espada, pero aun tenia algo de espíritu de lucha, retrocedió sin dejar de vigilar a su oponente, tomaría la espada, el seguía inmóvil, esperando, seguía sin mirarle, ella ataco de nuevo, lanzo un corte, sabiendo que el podría esquivarlo, continuo, pero el ya no estaba ahí, estaba atrás de ella con su espada apuntándole al cuello – De nuevo. - volvería a tomar algo de distancia, esta vez sin enfundar la espada, posando su otra mano en la empuñadura.
Apenas Tina se reincorporó. él ataco, pudo defenderse a duras penas, detuvo un pesado golpe descendente con ambas mano, momento en el que un sable le apuntaría al cuello, ella quedo inmóvil, se asombró al notar que ese segundo sable le apuntaba, pero la estocada se había realizado desde la espalda, fue imposible verlo venir, y lo escucho – De nuevo - muy serio, muy tranquilo.
Ya estaban desenfundados ambos sables, los nervios invadieron a Tina, de verdad se sentía en peligro, pensó que la mejor defensa era el ataque, lo mismo que Nico, ambos chocaron con sus sables, un par de estocadas y el segundo sable remataría – De nuevo - ni un segundo de descanso, el ataco, rompió su guardia en un movimiento circular y remataría siguiendo la misma ruta – De nuevo -.

Una y otra vez Nico rompería y remataría, nunca repetiría un movimiento, todo se veía al azar, elegante, preciso, imposible de descifrar, y ese “de nuevo”, nunca le golpeo con el sable, pero eso dolía mas que cualquier golpe que pudiera darle, su mano ya casi no podía seguir soportándolo, luego se daría cuenta de que el sable estaba por los aires, dio un par de pasos atrás, Nico la siguió, pero quedo justo debajo del sable que caía, no tuvo tiempo de advertirle, pero aquel diestro espadachín usaría sus sables para atrapar y manipular el que caía, Tina estaba estupefacta viendo como giraba el sable con los suyos, y de la misma forma lo arrojo a ella para que lo atrapase – De nuevo -.

Tina ya no podía mas, sus piernas temblaban de agotamiento, mas emocional y mental, que físico, se sentía hecha pedazos, aquel espadachín parecía un gigante, y no podía rendirse porque el no le daba la oportunidad, era un castigo sin misericordia. Con lo que le quedaba de fuerza lanzó un último ataque, y él con un giro de su espada la desarmo, poso un sable en su nuca sosteniéndola, el otro apuntándole al cuello, y por fin, ella miro sus ojos, el la estaba viendo, penetrante, frío, como caer en una trampa mortal.

_ ¿Comprendiste? -

Ella con ojos llorosos asintió, estaba hecha un desastre, físico, mental, emocional, había sido como ser devorada viva por una bestia, él retiro sus espadas, ella cayó de rodillas, bajó la cara avergonzada, sólo quería estar sola, como una rosa consumida por el tiempo estaba agrietada esperando la última brisa que la desmorone.
Escuchó como lentamente las espadas de Nico entraban en la funda, luego estas cayeron al suelo, y finalmente una mano cálida se poso en su cabeza, como una mota de polvo que se posa en una delicada burbuja rompiéndola en rocío, así mismo ella rompió a llorar, temblaba aun tratando de que su sollozo no fuera muy fuerte, pero la caricia de esa mano derretía esa endeble capa de orgullo.
El llanto se hizo notar, Nico plantó la rodilla en el suelo buscando estar a su altura, y de inmediato Tina salto hacia el, dejó salir aun más fuerte el llanto ahogándolo en su pecho, empapándolo en lagrimas – Lo siento… ¡Lo siento! - repitió una y otra vez aferrándose a su camisa, disculpándose por su vanidad, por su orgullo, y en un gesto amoroso Nico la rodeo con sus brazos, ella alzo la mirada un momento parando el llanto, esos ojos amarillos la veían de nuevo, tan claros, tan tranquilos, como un amanecer en el que podía verse reflejada, sintió la mano de Nico acariciar su cabello, ese gigante monstruoso había desparecido, solo quedaba su alto mayordomo, consintiéndola y consolándola, sonriendo como siempre, no pudo ocultar su alegría, sus mejillas empapadas en lagrimas se ruborizaron, una sonrisa se pinto en sus labios, rodeo el cuello de Nico con sus brazos lentamente, se acercó a él, pero un impulso de vergüenza la hizo posar su cabeza en el hombro de este, simplemente dejándose reconfortar.

_ Lo siento… - dijo en un tono mas tranquilo, aun avergonzada, como si fuera una niña – Bienvenido… te extrañé-

_ Y yo… - susurró en su oído, sólo siguió abrasándola.

Estando más tranquila ya, lo soltaría, solo para apoyar su espalda contra el pecho de Nico, se puso cómoda entre sus piernas, y se hizo rodear con los brazos de el.

_ ¿Cómo estuvieron tus vacaciones? -

_ Fue… liberador - dijo sin más

_ ¿A donde fuiste? -

_ Por ahí… por allá -

_ ¿Puedo ir de viaje contigo la próxima vez? - dijo tocando con delicadeza la mano de Nico

_ No creo que sea posible… -

_ ¿No quieres que vaya? -

_ Necesito tiempo para mí a veces… pero en otra época estaría bien para mí -

_ Hubo una noche con una hermosa luna llena… -

_ Si… me recordó a ti… - escuchó una ligera risilla

_ A mi también me recordó a ti, porque algo me decía… que tu también la veías - se recargo más en el pecho de Nico

Un viejo reloj sonó en el salón, ya había terminado su hora de entrenamiento.

_ Ya es hora de que me aliste y me presente con tu abuela, y tú deberías hacer lo mismo - empezó a levantarse pero sintió como Tina aún le sujetaba.

_ Vamos, quédate un poco más conmigo - dijo en haciendo puchero y aferrándose a su brazo.

_ Ya habrá tiempo - le sonrió y se zafó de ella

_ Entonces… esta tarde, veme en los establos, quiero que montes a caballo conmigo -

_ Aún sigo creyendo que no es una buena idea… pero está bien, ahí te veré -

Nico se retiró dejando sola a la cansada chica que se dejó caer al suelo, sin tener el apoyo de aquel mayordomo solo se desplomó sintiendo su cuerpo aun pesado, pero se sentía feliz de haber podido estar con él por ese maravilloso momento. A paso ligero Nico se encaminó a su habitación para alistarse, evitando a toda costa cruzarse con la señora Dona, sin embargo alguien más lo encontraría a él.

_ Francesca - dijo algo sorprendido

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Que pases un lindo día, saludos y besos 😘

esta bien, lo siento :c