Nunca dudes, siempre estarás acompañado.

En un poblado remota, donde sus habitantes no conocían la fe en el Dios verdadero, estaba en una zona tan lejana y boscosa que nadie quería ir. Un misionero consiente de las necesidades espirituales de las personas del poblado, decidió, acompañado de dos amigos llevar la palabra.

Al llegar al poblado, pidió permiso a sus habitantes para poder hablarles a las personas del Dios y de La Biblia y su amor por la humanidad, pero muchos de ellos se negaron, esa misma semana se encontraban preocupados por las escasas lluvias. Tenían más de seis meses sin casi ninguna lluvia.

Al percatarse de la necesidad de agua y que solo dependían de las lluvias, converso de nuevo con los habitantes y pidió una oportunidad, oraría por lluvia y si el dios verdadero lograba hacer llover en menos de 24 horas, entonces se le permitiría divulgar la palabra.

A los Misioneros se les permitió alojarse en una vivienda, en ella él y sus amigos comenzaron a orar, con la esperanza de que un milagro les traería algunas lluvias, al amanecer del día siguiente el cielo empezó a cubrirse de nubes, antes del medio día las lluvias sorprendieron al pueblo.

Se que esta historia es una creación de mi propia imaginación, pero cuantos de ustedes han vivido un milagro que parecía difícil de suceder, siempre se espera que un milagro debe ser cosas fantásticas casi imposibles de creer, pero olvidamos que los milagros pueden ser hasta las cosas mas simples, pero que sabemos es la manifestación de las promesas del creador.