En lo profundo de las oscuras cavernas del infierno, el demonio Erebus estaba sentado en un trono de huesos, rodeado de corazones humanos palpitantes. Cada latido era presa de Erebus, quien se alimentaba de su esencia vital, saboreando la fuerza y el miedo que contenía cada corazón.
Mientras consumía el corazón de un alma joven, Erebus reflexionaba sobre su existencia. “Estos corazones me dan poder”, pensó, “pero cada latido representa una vida, una historia y una conexión que se me escapa”.
Erebus reflexionó sobre el significado de su alimento. “Consumir corazones no es sólo un acto de fuerza”, reflexionó, “sino también una profunda comprensión de la vulnerabilidad y de la vida misma”.
Aceptando su naturaleza con una conciencia renovada, Erebus se dio cuenta de que el verdadero significado de su existencia estaba en la capacidad de reconocer la belleza y la fragilidad de la vida humana, incluso a través de su oscuro alimento.
Hola amigo @luciojolly, el corazón es lo más preciado del ser humano, por lo cual se debe guardar, cuidar, él es un órgano hueco muy activo, con mucha potencia lleva la sangre hasta la célula más distanciada.
Creo que Erebus comienza a ser reflexivo producto de la gran cantidad de corazones que tiene a su haber, la esencia vital de los humanos está allí.
Saludos cordiales y éxito.
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