Esta foto sí es de mi propiedad.
La Magia de la Familia Reunida
Ciudad Bolívar, con sus calles empedradas y el majestuoso Orinoco, se transforma en un lugar aún más especial cuando mis nietos llegan de visita. Es como si el tiempo se detuviera y la felicidad inundara cada rincón de mi hogar.
La emoción comienza a crecer semanas antes. La imagen de mis nietos corriendo hacia mí, con sus brazos abiertos, es una de las más bellas que puedo imaginar. Victoria y Sofía, con sus risas contagiosas, y Jorge y Bárbara, siempre llenos de energía, llenan mis días de alegría.
Cuando llegan los que viven en Upata, la casa se llena de vida. Las conversaciones se entrelazan, los juegos se multiplican y la cocina se convierte en el centro de reunión. Preparar juntos las comidas tradicionales es un ritual que nos une aún más.
Sin duda, la Navidad y el Año Nuevo son las épocas más mágicas. La casa se adorna con luces y el árbol se llena de regalos. Pero más allá de los adornos, lo que realmente importa es estar todos juntos. Es en estos momentos cuando siento que la vida tiene un sentido pleno.
La felicidad que me brindan mis nietos es un regalo invaluable. Sus abrazos, sus carcajadas y sus ocurrencias son mi mayor tesoro. Y aunque cada día es especial, estas fechas son las que atesoro en mi corazón.