EL GRINCH NO ODIA LA NAVIDAD. ESTÁ PREOCUPADO POR TODOS

Siempre que se oye nombrar la palabra "Grinch" automáticamente se cree que es un monstruo que odia las celebraciones decembrinas, que no le gusta la unión familiar ni nada que tenga que ver con las tradiciones navideñas en ninguna parte del mundo. Y realmente ese es un concepto de forma, no de fondo; las personas por lo general tendemos a recoger un concepto muy superficial de lo que nos muestran e ignoramos cualquier otro significado de peso en algunos temas, y si estos nos parecen incómodos más le hacemos la vista gorda.

Entonces, lo que quiero decir es que el mensaje que hay de fondo con el Grinch es que este detesta es el CONSUMISMO, está en contra de la compra compulsiva y excesiva en todo lo que nos conlleva hacer en navidad, como: Cenas, estrenar ropa, decoraciones y diferentes costumbres culturales sin explicación profunda alguna. Claro, no se trata de ser un aburrido que no comparte con ninguna persona, ni de quitarle la ilusión a los más pequeños del hogar, se trata es de entender que cada año que pasa nos bombardean mucho más de publicidad por todos los medios posible con el fin de generar la esencia del Marketing (ofrecer de más y dar menos), hacernos creer que la vida mejora o es perfecta sólo por compras desmedidas. La mayoría en algunos momentos nos hemos sentido mal por no poder hacer cierta cantidad de hallacas, comprar para colocar un arbolito, comprar un buen pan de jamón u otras cosas; y allí está el detalle, en que sujetamos nuestros emociones a este tipo de cosas que de fondo no tienen ningún sentido, le damos demasiada importancia a la forma.

Por supuesto que es muy bueno compartir con nuestros seres queridos, eso es bonito. Pero se han preguntado ¿por qué esperar hasta navidad para hacerlo?, y peor aún, hacerlo porque las culturas inexplicables y la excesiva publicidad te induce a ello. Una cena o darse regalos puede ser en cualquier fecha del año, así haríamos las cosas porque nos nace del todo al momento y no porque estamos mecánicamente condicionados como si somos unas máquinas.

El Grinch en la película vive en una montaña, es un ser ermitaño, lo que deja dos mensajes profundos que expresa el autor: 1) Está en un nivel racional mucho más alto que la sociedad común, y 2) Justo por vivir en un lugar montañoso piensa con más calma estando en contacto directo con la naturaleza; comparado con la escandalosa y agitada ciudad, lo hace distraerse menos y pensar mejor las cosas.