Siempre debemos comenzar el día agradeciendo poder estar al lado de los seres queridos, poder comer, poder bailar, soñar y dibujar. También debemos agradecer poder aprender.
Hoy la mañana comenzó tranquila, me desperté con el desayuno tradicional, mi bebida de avena, una arepa con queso, y un poco de fruta. Mi mamá estaba ocupada haciendo muchas cosas, estos días la limpieza se ha acentuado por el tema de la prevención.
En las tareas me toca doblar la ropa que se lava diariamente, esta la colocan en una cesta y yo la doblo de allí a guardarla a sus closets respectivos, también me corresponde hacer la cama, ya lo hago por agrado, la verdad.
Me probé una Chemisse de mi mamá para hacer una prueba de talla ya que el costurero hará una para mí en color celeste.
Cuando llegó la tarde después de almorzar comencé a dibujar el boceto de un árbol, lo hice en blanco y negro, pero los árboles son mágicos y pueden tener colores.
Así que decidí colocarle hojas moradas para imagínate que está cubierto de flores, un sólido tronco y un verde pasto, cuando se dibuja un árbol inmediatamente viene a nuestra memoria la brisa, la sombra y un día fresco. Para colorearlo usé creyones y lo realice totalmente a mano, sin ediciones.
La merienda de hoy tuvo mucho amor... fue un regalo que me compró mi mamá porque sabe que me encantan.
Y si… la fotografía anterior, es la propaganda de cocosette, son definitivamente mis galletas favoritas, la cremita de coco suave y el waffle crujiente lo hace demasiado rico.
Me despido por hoy querido diario.
Gracias por estar nuevamente un día.