Mi estado de salud empeoró drásticamente, dejé de ingerir alimentos y agua y me puse extremadamente delgado; en realidad: ¡Cadavérico! Mi familia me llevó hasta el lugar donde se encontraba un sacerdote, así mismo me llevaron a la casa de un curioso, y así sucesivamente me llevaron a muchos lugares y ante personas, en búsqueda de sanación.

¡Bueno! Para no hacer esta publicación tan larga, resumo contándoles lo siguiente: un día llegó una persona a mi casa y le dijo a mi papá y mamá, que revisaran debajo de mi cama, del lado donde duermo yo, porque allí se estaba abriendo un hueco. Cuando revisamos, era cierto. Parecía que estaban escarbando un hoyo; y en ese momento recordé lo expresado por mi ex amigo. ¡Ya no lo quiero repetir más!

En aquel entonces, de inmediato se tapó el hueco en mi cuarto, debajo de mi cama. Se pintó, luego se limpió y re-decoró todo el lugar. Unos meses después me diagnosticaron cáncer en III Grado, con 80% de metástasis y probabilidad de vida de 6 meses. Afortunadamente ya han pasado 17 años, y soy sobreviviente de esa enfermedad.

¡Saben! Si me preguntan, diría que toda esa compleja situación de salud en mi contra, pudo haber sido como consecuencia de las palabras dichas y la actitud hostil de mi ex amigo. Pero, así mismo puede ser el resultado generado por otros factores ajenos al poder de aquella frase y posibles acciones de quien se manifestó de forma adversa.

La verdad es que no sé, pero no pongo en duda el poder de la palabra y las acciones mezquinas de quienes no quieren el bien ni para usted(es) ni para mí. ¡Ahhh! pero yo me sigo considerando un guerrero de la vida, y mis mejores armas son el amor, la verdad, la fraternidad, la amistad, entre otros valores, y mi grito de guerra es: "Haz bien, y no mires a quien" (del refranero popular del mundo).

En la misma línea expositiva pienso, y lo digo con conocimiento de causa, que las palabras tienen o no poder, siempre y cuando usted, ustedes y yo se lo concedemos o evitamos, pero seguramente dependerá de nuestros objetivos, metas, el contexto y circunstancias. En el mejor de los casos, entonces acudo a la filosofía de la metafísica Conny Méndez, quien una vez dijo: "Piensa en positivo, y se te dará".

Con la anterior frase, extraída de San Lucas, 6:45-49, de la Biblia, quiero culminar esta publicación, sellando un pacto y compromiso conmigo mismo, para ser mejor persona día a día, con pensamientos positivos y acciones nobles que me permitan cumplir con la misión por Dios Trino, encomendada; en unión de mi familia, amigos y todo aquel o aquella venido(a) a mí, en igualdad de propósitos.