7 de bastos | Serie: Sueños freudianos (01)

in hive-193637 •  2 days ago  (edited)
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Hace un par de años, inicié una serie de relatos cortos, cuya temática giraba alrededor de la presencia de nuestro inconsciente en la vida diaria. Esta semana me ocurrió algo que me “movió el piso”, literalmente hablando. Y me dije: escríbelo. Presento una segunda edición de Sueños Freudianos, un espacio entre lo real y lo ficticoo, entre lo inconsciente y lo consiente.


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7 de bastos

Como le decía Dr., terminaba de comerme unas empanadas, en un local cerca del centro, para desayunar; muy buenas, por cierto. Pago, me voy algo apurado, pues ya iba tarde para el curso.

Camino unas dos cuadras, pensando en el ejercicio que me había dejado, sobre mis saboteadores internos. A los que todavía no lograba encontrar o descubrir. Cuando de la nada siento una mano que me agarra del brazo, me asusto, volteo y tengo en frente al dueño del local de las empanadas, con mi celular en su mano, extiende la mano para entregármelo, yo lo recibo, todo en un abrir y cerrar de ojos.

El Sr., había corrido más de dos cuadras detrás de mí, para entregarme el celular, que yo había dejado olvidado en su barra. Entre la sorpresa y el gesto de bondad, me desubicaron, me dejaron sin palabras. No logré ni articular un sonido de agradecimiento. El Sr., solo se volteó y regresó a su local, sin decir nada.

Yo, con la boca abierta, inundado por la mezcla de emociones, suelto un par de lágrimas. Veo a una Sra., que también se había sorprendido cuando me detuvieron en seco. Me sonríe, yo suspiro y logro decir: “Todavía hay gente buena” y los dos asentimos en silencio.

Aun sin entender lo sucedido, retomo mi camino a clases. Y, Dr., unas cuadras más adelante, tuve una iluminación. Mi principal saboteador es que cuando voy avanzando en mis metas, siempre consigo hacer algo para tener una pérdida, ya sea material o emocional. Fue como un baño de agua fría, me vi en varias ocasiones en las que chocaba. Mi pareja me dejaba, perdía dinero o bienes. Recordé otro celular en momentos en que la cosa iba bien. Dr., esa es mi tendencia: sabotearme el éxito.

Pero, la cosa no se quedó allí, camino unos cuantos pasos, y veo que casi piso una carta de baraja, me detengo frente a ella. Reconozco el siete de bastos. Una sensación me dice: recógela. Casi me santiguo, ante tamaño, pecado, “yo... cayendo en supersticiones”.

Decido saltar la baraja, camino unos pocos pasos y vuelve la sensación: “toma la baraja”. Lucha interna, mis piernas quieren seguir adelante, y otra parte de mí quiere recoger la baraja. Me regreso, la tomo del piso, sucia, ajada, roída por los bordes. La veo, y Dr. No pasa nada...

¿Esto no es de locos?... pero aquí tengo la baraja, si quiere se la muestro. ¿Será que ahora me voy a volver supersticioso?...

Bien, Juan, —dijo mi terapeuta—. ¿Qué te imaginabas que iba a ocurrir cuando la agarraste? Y otra cosa, ¿tú tienes algún problema con volverte supersticioso? — Me respondes la próxima semana. — y dio por concluida esa sesión.

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Imágenes
  • [1] La imagen de portada es de mi propiedad, fue editada del original, con el programa FotoSketcher.com/

  • Recopilación de la Serie Sueños Freudianos. (2018)


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Original production by @joslud

I'll wait for you in the next publication.

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Hola amigo, que buena decisión de retomar estos escritos, me enganchaste con tu relato, tanto que me cortó la nota el Dr. finalizando la sesión jajaja
Excelente relato, espero la segunda parte.
Saludos, te deseo mucho éxito.

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