Pensamientos y reflexiones diversas sobre la inacción en las inversiones. Día 14/03/2024

Cuando pienso en la cantidad de veces en que he estado frente a una buena oportunidad de inversión o de trade y la he desaprovechado, me pregunto, lógicamente, qué es lo que me ha pasado. Ello me lleva a hacerme un auto-análisis para tratar de entender qué fue lo que me indujo a la inacción.

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La inacción es parte de un problema más profundo

Sé, de sobra, que esto que acabo de describir es un problema que no solo me atañe a mí, sino que también enfrentan millones de inversores y operadores en todo el mundo, a diario. Pero lo que queda más que en evidencia es que no es un fenómeno que pueda ser tenido por deseable, sino que es claramente algo que debemos intentar solucionar y por lo tanto no podemos ignorarlo en forma alguna.

Entender que la inacción es un fenómeno que es síntoma de un problema más profundo, nos lleva a auto-analizarnos de manera más efectiva y sincera. En mi caso, he analizado mi comportamiento, y creo que mi inacción fue fruto del miedo a equivocarme. Y esto, si lo miro con detenimiento, tiene raíces profundas en mi niñez, en el sistema bajo el cual me criaron mis padres, y bajo la forma en la cual me educaron en la escuela.

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Porque a un nivel consciente he sabido siempre, sobradamente, que todo el mundo comete errores a veces, y que los mismos son parte del normal aprendizaje o desenvolvimiento de cualquier cosa. Pero aún así, a un nivel inconsciente, pareciese como que no podía interiorizar todo esto, es decir, parecía que no podía aceptarlo, por más que lo intentase. Y no fue sino hasta que comprendí todo esto y lo superé, que pude pasar a la acción oportuna en mis inversiones y obtener buena rentabilidad con todo lo que hago. No es mi intención sonar presuntuoso, pero es un hecho que ahora soy mucho mejor inversor de lo que alguna vez fui en el pasado.

Entender que el éxito pertenece a los audaces

Cuando uno analiza todo esto, en algún punto entiende que el éxito pertenece a los audaces, es decir, a aquellos que a pesar de los miedos, y a pesar de los riesgos, se atreven a probar sus ideas. La prueba de esto es que toda persona que ha logrado entrar en la historia por alguna hazaña positiva importante, fue por su determinación, seguridad y por haber actuado cuando la situación lo ameritaba.

Las oportunidades de éxito en cualquier cosa son algo que debe aprovecharse cuando sea que se presentan, porque nunca se sabe si una oportunidad volverá a tocar a nuestra puerta de nuevo. Pero, claro está, debemos desarrollar en nuestras mentes el discernimiento para entender cuáles son las verdaderas oportunidades para alcanzar el éxito en lo que hacemos, de aquellas que realmente no lo son.

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Ese discernimiento nos da seguridad, pero adquirirlo requiere que tengamos la perspicacia y el valor para entender que todo en la vida implica un riesgo, pero que debemos calcularlo muy bien. Y también hay que entender que todo en la vida tiene consecuencias positivas y negativas. Pero basta con aprender a identificar qué tiene más valor para nosotros en un momento dado ya que esto es parte de los relativismos de las situaciones.

Me refiero aquí a que si nuestro miedo a fallar supera nuestras ganas de tener éxito, entoncces no nos arriesgaremos nada en la vida (o nos arriesgaremos lo menos posible) y no podremos obtener el éxito que deseamos. Pero si somos audaces, y nuestras ganas de tener éxito superan con creces nuestros miedos, entonces encontraremos la manera de hacer las cosas de la mejor y más eficaz manera posible.

Analizar y entender todas estas cosas fue verdaderamente muy esclarecedor para mí. Pero cuando me analicé también descubrí otro factor que me impulsaba a la inacción...

Ser muy exigente conmigo mismo

Mis auto-exigencias personales me conllevaban a creer que nada era suficiente, ni mi preparación, ni el nivel de la oportunidad, ni nada. Esto es una práctica de lo más peligrosa, porque conduce a la inacción haciéndonos creer que realmente estamos haciendo lo mejor posible por alcanzar el éxito.

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Sea como sea que concibamos el éxito, es un asunto acerca del cual debemos ser muy sinceros, tanto para con los demás, pero especialmente para nosotros mismos. Porque los avances y los atrasos son síntomas siempre de cuestiones ocultas que muchas veces no percibimos, si no hacemos uso atento de nuestra capacidad de observación y análisis.

Es de hacer notar que cuando yo veía una posible oportunidad de inversión, no me la creía, siempre la cuestionaba y aún si después de los análisis parecía ser una buena opción de inversión, dudaba en entrar. Ello acabó cuando entendí que la auto-exigencias están bien, pero debemos tener un cierto nivel de auto-indulgencia, para entender que tenemos algo llamado instinto, y que debemos confiar en el mismo para poder actuar basándonos en la parte que no nos resulta tan evidente respecto a las situaciones.

Lo que quiero decir es que después de muchos análisis y observaciones de mi propio comportamiento, logré asimilar que está bien arriesgarnos en nuestras inversiones, porque toda inversión implica riesgos, pero este riesgo debe ser asumido de manera sopesada, entendiendo que podemos aplicar la lógica y el conocimiento para actuar mejor, pero hasta cierto punto. No hay nada totalmente seguro en ninguna cosa que podamos hacer en el mercado, y por lo tanto, ni los buenos resultados, como tampoco los malos, están garantizados a pesar de lo que hagamos. Es así que perder oportunidades por inacción siempre será una tontería. Y cuando un inversor entiende todo esto, sus ganancias empiezan a mejorar y se enrumba hacia el éxito anhelado, eso es seguro.

Entonces, el positivismo, pero actuando con cabeza, es algo fundamental para aprovechar las oportunidades que se nos presentan día a día al invertir.

Dicho eso solo me queda decirles por ahora: Éxitos y progreso para todos ustedes, lectores invisibles!