Hola gente hermosa de #SteemVenezuela :) para este día, que ya se volvió noche, quiero compartir algo que escribí. Hoy lunes de escritura, les comparto una pequeña muestra de una historia que inventé, un cuento de esos que muchas chicas han anhelado encontrar, algo sencillo y que sí puede pasar. Espero que les guste. Para ustedes, un enamora medio anónimo, que desde cerca, y lejos al mismo tiempo, conquista a una chica, con detalles entregados poco a poco hasta hacer preciso el encuentro que los enlazaría para toda la vida, sellando lo que ya iba naciendo con cada pequeño gesto en el anonimato.
En una plaza del centro de la ciudad se encontraba una chica esperando a su admirador secreto, un enamorado desconocido que le dejaba notas hermosas en la puerta de su casa, el escritorio de su trabajo y en la mesa del café que constantemente frecuentaba. El galán que la cortejaba en secreto, dejaba como firma su apellido materno, para ver si la dulce chica podría descubrirlo antes del encuentro, pero como ella se apenaba al preguntar a los demás y contar que alguien la conquistaba con sus hermosas palabras, no lograba descubrir a su admirador, aquel que sin miedo su apellido Fonseca escribía al final de sus declaraciones de amor. Ese día que ella tanto anhelaba había llegado y, con ilusión, emoción y nervios, se encontraba en un banco de la gran plaza, esperando a ese ser que con letras la había enamorado. Sin miedo, pero con nervios, muy ansiosa ella aguardaba.
Pasaban las horas y su enamorado no llegaba, ella empezaba a preocuparse y su cara mostraba tristeza mientras su mente se cuestionaba si algo le habría pasado o si su galán realmente solo había jugado. Pasaron las horas y ella casi se iba, con lágrimas a punto de salir de sus ojos y su corazón arrugado, ya no creía que aquel hombre llegaría. Al dar un paso para dejar atrás la ilusión, apareció su galán que rápidamente se acercaba a ella para no dejar que se fuera, en sus manos llevaba una bella flor y entregándosela a su amada, se disculpó y explicó que su tardanza se debió a un gran dolor en su frente porque cuando salía de su negocio, que estaba frente al trabajo de ella, él se había golpeado con la santa María (portón de seguridad), y había quedado inconsciente por un momento. En aquel instante, a la chica le volvió la alegría, y para dar pie a la cita, aquel hombre, realmente enamorado, la invitó a tomar un café y comer unos deliciosos panes dulces que vendían en aquella plaza, algo que a ella le fascinaba. Y así transcurrió la primera cita de un gran romance, uno que entre detalles y letras de amor fue creciendo hasta consumarse.
Esta historia es inventada, las fotos son de una plaza en la que pasé muchas mañanas y tardes de un hermoso período de mi vida, cuando era estudiante de una gran universidad. En la plaza si vendían café y también hay una panadería que hace unos panes de guayaba demasiado buenos, eso es totalmente cierto. Casi todos los días compraba con mis amigos y nos los comíamos mientras hablábamos y reíamos, de igual forma disfrutábamos la vista de esa gran plaza. Por ello, tomé unas cuantas fotos así y casi no compartí hasta ahora. Espero les guste. Un abrazo virtual!