Lunes de Escritura 26/12/2022 /EL DESEO DE NAVIDAD

Manolo triste y decaido

Manolo, era un niño de 7 años que desde hace un año había perdido a su padre luego de haber tenido un accidente automovilístico.

Lo que más deseaba en este mundo era volver a tener a su padre con vida pero ese deseo era imposible recibirlo por lo que a menudo se le notaba muy triste y decaído y aunque su madre se esforzaba en atenderlo y darle el mayor amor posible, Manolo no lograba recuperarse de aquella drástica pérdida.

Esa Navidad su abuela los visitó y le animó a que escribiese su acostumbrada carta al niño Jesús pidiéndole el deseo que quisiera. Manolo al principio no mostró interés pero ante la insistencia de la abuela decidió hacerlo por complacerla a ella.

En la carta Manolo solo escribió: “Querido niño Jesús, lo único que quiero es a mi padre de regreso y si me pudieras hacer real este deseo te lo agradecería toda la vida”.

Hermoso pesebre frente al cual Manolo se postró en oración

Manolo entonces tomó la carta y la colocó en el pesebre que su madre había realizado y por un momento con mucha piedad se arrodilló frente aquel pequeño Belén que representaba el nacimiento del niño Dios y contemplando cada una de las imágenes fue pasando de una en una hasta detenerse en la imagen de José, la tomó entre sus manos y con lágrimas en los ojos, mirando a la otra imagen del niño Jesús, le Dijo: “Señor, tu tuviste a tu padre José, quien te acompañó por mucho tiempo en tu vida, pero yo lo necesito mucho a mi lado” .

En ese momento la abuela se acercó a tratar de consolarlo pero en su interior sentía profundamente el dolor de su nieto pues estaba pidiendo que regresara su padre y a la vez su propio hijo. Abrazó a manolo y al cabo de un rato este se quedó dormido. Ella lo tomó en brazos y lo acostó en su cama abrigándolo.

Manolo dormido

Unos minutos después Manolo despertó, y vio que ya había amanecido, se levantó y corrió juntó a la mesa donde estaba el pesebre y de repente escuchó una voz masculina que le decía feliz navidad hijo. En seguida volteó a ver y sorprendido notó que era su padre por lo que corrió hasta él y lo abrazó.

Su padre sorprendido lo miró a los ojos y le preguntó: “Pero hijo que te pasa, actúas como si no hubiera estado contigo en años”. Y el chico le respondió: “Volviste papá, el niño Jesús me concedió el deseo”.

El padre sin entender le dijo: “Tranquilo hijo, tuviste un sueño, pero ahora ya estas despierto y tu madre, tu abuela y yo estamos contigo, no hay nada de qué preocuparse”.

Una historia padre profundizar en nuestra fe y ver que cuando ponemos el corazón y creemos lo imposible se hace posible y real.