JESÚS
VISITANTE: (Viene cansado. Se nota en él mucha urgencia) ¡Al fin te encuentro! ¡He caminado muchísimo hasta encontrarte!
JESÚS: (Solemne) De alguna manera, todos los ríos desembocan en el mar.
VISITANTE: Espero que mi presencia no perturbe tu estado de meditación. Mi estadía aquí será breve. He venido desde muy lejos a pedirte ayuda. Necesito dar respuesta a un gran misterio, y estoy seguro de que tú, sabio entre los sabios, podrás ayudarme.
JESÚS: Nada puede derrotar a quien esgrime como espada a la derrota. Respecto a tu inquietud, es innecesario dar respuesta a asuntos que carecen por completo de importancia. Siéntate a mi diestra y compartamos este instante en silencio: aunque tu estadía pendera de un segundo, aún es posible hacer algo. Si renuncias a tus dudas, las respuestas caerán a tus pies como a al pasto el rocío. (El visitante se sienta a su lado).
VISITANTE: (voz en off: Definitivamente es a quién busco. La embriagante serenidad que escapa de él lo delata. Su mirada es tan profunda y penetrante que nada parece escapar de ella). Tal vez tengas razón. Pero no quisiera irme con las manos vacías. Verás, yo soy el genio intelectual más grande de mi época. He podido dar respuesta a enigmas realmente complejos. Sin embargo, debo reconocer que palidezco ante este misterio; un misterio que seguramente bajo tu mirada resulta ser un asunto enteramente obvio. Conozco de sobra tu obra: Tú eres capaz de sosegar cualquier inquietud. Tú, y solamente tú, puedes sanar cualquier herida, y de hacer germinar al amor aunque el odio haya echado raíces. ¡Responde!, ¿cuál es el rostro de aquella fuerza capaz de encender la admiración en el alma del hombre? ¡Dime! ¿Qué es la Belleza?
JESÚS: ¡Qué tonterías escapan de tu boca! Deberías saber que las cosas más bellas en este universo carecen por completo de significado. ¿O es posible, si que lo posible es una cosa palpable, definir en esencia qué es la luz, qué es el tiempo, la vida, la muerte o la existencia misma?
VISITANTE: (Voz en off: ¡Qué sujeto tan maravilloso! ¡Realmente pocos lo comprenden! Sé que tiene razón, pero no me marcharé hasta llegar al fondo de este asunto). He pensado en eso, pero supuse que tú podrías sanarme de esta incertidumbre. Apelo entonces a tu misericordia, a tu corazón, que es tan puro que la luz; a tu visión, la cual se extiende más allá del tiempo y del espacio; y a tu espíritu, que arde y ondea por encima de la vida y de la muerte: ¡Por favor, responde a mi pregunta!
JESÚS: ¡Tu terquedad es evidencia de un gran espíritu! Está bien, cederé a tu petición. Acompáñame… (Jesús lleva al visitante hasta la orilla del estanque que está cerca de ellos) Observa atentamente a los lirios… Ellos darán respuesta a tu pregunta.
VISITANTE: (Voz en off: ¿Qué pretende? Intentaré darle sentido lógico a sus palabras. Pausa muy larga. Sonidos alusivos a la naturaleza. Preferiblemente el sonido del viento). ¡Me rindo! No encontré una respuesta satisfactoria. Ciertamente estos lirios son bellos, pero mi pregunta fue “¿qué es la Belleza?, no ¿qué cosa es bella?”. Aun así intenté conseguir por mis propios medios una solución a este acertijo. En principio pude advertir que estos lirios son bellos, pero luego de un rato noté que el entorno los hace más bellos: la brisa que los mece, la luz que alimenta y bruñe sus pétalos; todo esto complementa la belleza que irradian. Así que pensé: “¿la belleza es un aditamento?” No obstante, estos fenómenos solo perfeccionan la belleza de los lirios, pero no son la Belleza en sí misma, ya que equis factor puede, en vez de resaltar, empobrecer su hermosura o falsear la realidad; que es esta caso es: “los lirios son bellos”. Luego descubrí que al ver a los lirios sentí admiración, me sentí pleno; entonces me dije: “¿La Belleza es lo que genera placer?”, pero inmediatamente advertí que el placer y el bienestar que sentí eran consecuencia directa de la relación existente entre el acto de observar y la existencia de los lirios; y en vista de que algo no puede ser causa y efecto al mismo tiempo, desistí de la idea. Luego noté que la belleza de estos lirios depende de muchos factores, por ejemplo: ¿Ves aquel lirio que está allá?, desde mi punto de vista, ese lirio es más hermosos que este de acá. ¡Y no olvidemos el factor tiempo! ¿Durante cuánto tiempo la Belleza permanece en una cosa bella? Así, la belleza cae irremisiblemente en la esfera de lo relativo. Seguí elucubrando y respondiendo sin llegar a una respuesta definitiva. Puedo seguir, si quiero, pero temo que no llegaré a ninguna parte, salvo a la desesperación. ¿Entiendes ahora?, por eso vine a buscarte. Tal vez tu respuesta defina exactamente el significado de la Belleza.
JESÚS: (Ríe con serenidad) Todos tus argumentos son acertados, y sin embargo te alejan cada vez más de la verdad. Ten siempre presente lo que voy decirte: si cortas una cabeza de la Hidra, crecerán dos más en su lugar. Lo mismo sucede con la mente: una interrogante te conducirá a una respuesta, y esta respuesta te conducirá a nuevas interrogantes, las cuales, irremediablemente, terminarán engendrando nuevas interrogantes. Puedes seguir así hasta el fin de los tiempos y seguir avanzando si lo deseas, pero jamás encontrarás librarte de la incertidumbre. La verdad siempre está a la vista; y esta última es tan simple y evidente que es imposible entenderla desde los pensamientos. Solo el fuego inapagable de la conciencia es capaz de resolver cualquier misterio.
VISITANTE: Sigo sin entender… ¿A dónde quieres llegar?, ¡sé más claro por favor!
JESÚS: Desde un principio respondí a tu interrogante. La verdad es que la belleza carece por completo de significado. Si observas en silencio descubrirás que el origen de la belleza en los fenómenos bellos estriba en lo incognoscible. Esto es una sentencia: lo bello es irresoluto. Entonces, ¿Cómo dar respuesta a tu pregunta, cómo definir al fenómeno más bello de todos: la Belleza misma? La simple pregunta representa un salto al vacío, un suicidio. Por otra parte, si fuese posible responder a tal cosa, asesinarías a la Belleza misma: la mente se aburre y desecha lo que ya no le interesa.
VISITANTE: ¿Pero… y los lirios?, ¿Por qué me hiciste interrógalos si la belleza no puede ser definida?
JESÚS: Lo hice para que aprendieras de ellos: ellos solo son, solo reposan en silencio, y por eso la Belleza les sigue como una sombra.
Que hermoso..
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@deyanira, grqcias por tu visita. ♡
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