Alcanza lo que quieras
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La fijación de metas es uno de los pasos más importantes en el desarrollo de cualquier persona, establecer unos objetivos de forma consciente te obliga a reflexionar sobre el lugar al que quieres llegar, te marca un camino que debe seguir al definir las pequeñas acciones diarias que debes realizar y hace que se ponga en marcha tu motor interno para conseguir aquello que te has propuesto.
En primer lugar tendríamos la S de específico, es decir los objetivos que nos marquemos deben ser lo más específicos que podamos y qué significa esto pues que debemos intentar crear todo tipo de detalles que definan estos objetivos y que nos ayuden a visualizarlos en nuestra mente, en muchas ocasiones definimos nuestras metas de una forma bastante abstracta y decimos cosas como quiero ser emprendedora, me gustaría mantener una buena salud o quiero convertirme en una cantante de renombre, que son cosas que realmente no definen demasiado bien una dirección a seguir.
En segundo lugar tenemos la M de medibles lo que significa contar con indicadores que nos digan en qué medida estamos avanzando hacia nuestro objetivo, en este sentido la mejor idea es fijar un indicador clave de rendimiento también conocido como kpy que nos indica el grado de cumplimiento que estamos realizando a través de una cifra o un porcentaje concreto, si estás estudiando una carrera tu indicador pueden ser tus notas, si buscas ponerte en forma puedes utilizar tu peso o tu índice de masa corporal, si creas contenido online puedes utilizar el número de suscriptores clics o likes o si has montado un negocio tendrás la cifra de ventas el beneficio o distintos indicadores microeconómicos.
En tercer lugar nos encontramos con la A alcanzable, es decir a nuestro objetivo es realista o es más un fruto de nuestra imaginación, este punto es uno de los más peligrosos a nivel personal, ya que en la mayoría de los casos tendemos a infravalorar nuestras capacidades y pensar que jamás podremos alcanzar lo que deseamos, sin embargo esta infravaloración suele aparecer para justificar el rechazo que sentimos hacia el esfuerzo que deberemos hacer y el tiempo que tendremos que invertir, y así convencernos de que la mejor idea es quedarnos quietos y no intentar nada, por eso mismo debemos valorar el objetivo que nos propongamos con mucho cuidado y de la forma más realista posible.
En cuarto lugar nos encontraríamos con R de relevante, que hace referencia a la importancia que ese objetivo tiene para ti, esto significa que debemos analizarnos bien a nosotros mismos y desentrañar cuáles son nuestros verdaderos intereses, aquellos por los que sentimos que sería la pena luchar, es indiscutible que nuestro entorno va a tener una influencia enorme sobre nosotros y nos va a meter en la cabeza que debemos perseguir ciertas cosas simplemente porque son las socialmente más aceptadas o deseadas.
Y por último tendríamos T de temporal lo que significa que deberíamos establecer unos plazos concretos para cumplir nuestros objetivos, creo que esto no necesita demasiada explicación, ya que si hacemos todo lo anterior pero no fijamos una fecha límite aproximada, lo que haremos será dilatar las acciones que debamos tomar pues no tendremos esa sensación de urgencia que en muchos casos nos impulsa a movernos, por eso mismo para poder actuar hacia nuestra meta sin distraernos o pensando que es algo que ya llegará en su debido momento lo mejor que podemos hacer es definir ese plazo teniendo en cuenta las etapas por las que deberemos pasar.