De altas paredes, altas puertas y ventanales, techos de tejas de arcilla, coloreadas con tonos pasteles.
Son testigos mudos del pasado de Villa de Cura.
Han estado presentes, con su participación inmóvil, en todos los sucesos de nuestra patria chica, los más felices y los menos felices.
Tienen esa hermosura quieta que se acentúa con los años. A veces marcas de herrumbre, de desgaste, de agua.
Casitas hermosas. Sería un crimen remodelarlas. Se acabaría con parte de nuestro pasado.
NOTA: Fotos tomadas en mi pueblo (Villa de Cura, estado Aragua, Venezuela) con el celular Yezz de mi hijo @luisfe