El Dilema de los Hombre con las Mujeres

De entre los grandes enigmas de la humanidad, y que los hombres hemos tratado de descifrar durante toda nuestra existencia, es este uno de los más significativos para nosotros, principalmente porque se trata del sexo opuesto. Y aunque multitudes de posibles explicaciones acarreen nuestros oídos de parte de la mujer, ninguna termina por convencernos. No obstante existe una afirmación que para cierto grupo de hombres podría ser incluso absoluta: No hay forma de vivir con ellas, y sin ellas mucho menos. Así que solo nos queda tratar de entenderlas a como dé lugar aunque en ciertas ocasiones ni ellas mismas puedan hacerlo.
Por eso es que esta tarea nos resulta tan difícil, al punto que muchos pesimistas dirían que es imposible, ya que la mayoría de nuestros intentos por entender las reacciones de la mujer se pueden ver frustrados al encontrar los obstáculos más obtusos, por tanto, puede pasar por la cabeza de ciertos hombres la idea de permanecer solteros el resto de nuestras vidas… Algo radical, sí, pero a la larga parece menos complicado y más satisfactorio vivir sin compromisos.
Sin embargo, llega un momento en nuestras vidas como hombres en la que nos parece adecuado sentar cabeza, es por ello que debemos ver las cosas desde otro punto de vista y tratar de comprender a la mujer para mantener una sana relación de pareja, aunque sea complicado… Podríamos entonces fijarnos un poco en las opciones que tenemos y enfocarnos en ciertas teorías que podrían darle algo de sentido al comportamiento femenino:
Algunos creen en la explicación evolutiva de los genes, echándoles la culpa a los antepasados y al instinto. Pero para resumirlo y no caer en un largo discurso organizando ideas históricas, digámoslo de la siguiente forma: Las mujeres piensan como óvulos y los hombres como espermatozoides. ¿Por qué? Sencillo. Los hombres al igual que nuestras células reproductivas tienen una mentalidad de escasez, puesto que millones de espermatozoides luchan por fecundar a un solo ovulo, lo que se convierte en una especie de competencia entre espermatozoides hasta que solo uno consigue entrar. Por otro lado la mujer sencillamente descarta opciones hasta encontrar la que le parezca más conveniente y ya está.
Del mismo modo los hombres en las interacciones sociales vamos a por lo mismo, lo que robe nuestra atención, y ellas se encargan de desechar la mediocridad hasta encontrar al “indicado”. Cosa por lo que no podemos culparlas aunque queramos. ¿Por qué? Bueno, solo míralo de esta forma:
Supongamos que eres el jefe de una muy importante corporación, que paga muy bien y que además es accesible en los horarios. Por suerte hay una vacante, es decir, un lugar para ocupar, un empleo, y debes tú hacer la elección, debes elegir al nuevo integrante de la empresa. ¿A quién vas a contratar? Precisamente al que cumpla con los mejores parámetros, al más capacitado, al que demuestre que puede con el cargo y que no va a ser una decepción, alguien que no dañe esa reputación que tantos años le ha costado mantener en pie.
Ahora todo parece estar más claro, ¿no es verdad?, es esta la mentalidad de una mujer con un auto-estima bastante alto, de una mujer segura de sí misma y que sabe bien qué es lo que quiere tener a su lado… Y es que, por qué no ponernos en sus zapatos por un momento, la mayoría de ellas está cansada de los “falsos profetas” por decirlo de esa forma, y muchas han creado una especie de escudo que las protegen de salir lastimadas una vez más, que se refleja ante nosotros con rechazos de mal gusto y grotescas respuestas, muy malas miradas por encima del hombro o acudiendo a la famosa indiferencia, sólo con el fin de alejar o descartar lo que no es de su interés. Claro que estas reacciones irán subiendo o bajando de gravedad dependiendo de la mujer, de su auto-estima y de su personalidad, ya que las más amables acudirán a la popular zona de amigos para rechazar “de forma sutil” a los indeseados.
Mientras tanto, a aquellos que les parezcan interesantes, sencillamente muestran su lado amable y mantienen una conversación cordial hasta indagar y descubrir si no busca algo más que pasar la noche en compañía.
Esta sería una pequeña explicación del comportamiento que muchas veces no comprendemos de las mujeres, sus reacciones y preferencias a la hora de fijarse en nosotros…