La comunidad Kichwa, proveniente de la región Imbabura del norte de Ecuador ha estado acentuada en Bogotá desde poco antes de la segunda mitad del siglo pasado y se han esparcido en diferentes sectores de la ciudad como Las Ferias, Los Mártires, Santa Fe y Engativá; dicho pueblo adoptó las prácticas de la migración, el comercio y la interpretación musical como parte de su vida cotidiana, y también, como parte de su identidad cultural. las actividades que llegan a desempeñar en la capital como la textileria, artesanía o música tienen una trascendencia cultural, por esto, desde la práctica de la migración transnacional, los kichwas pueden definirse como indígenas contemporáneos que deben afrontar el cambio manteniendo vigentes sus tradiciones.
El pueblo kichwa que por tradición busca asentarse en lugares ajenos al nativo, se han esparcido hacia varios lugares del mundo haciendo uso de dicha tradición, entre otras actividades están el comercio de telas fabricadas frecuentemente a mano y presentaciones musicales que, en el caso de Bogotá, son atractivos por gente nacida y criada en la ciudad. Todas las personas que viven en Bogotá han ido al centro cultural, a la plaza de bolívar, al museo del oro o simplemente han transitado por la avenida séptima, es gracias a estos lugares que el pueblo kichwa presente en Bogotá ha aportado a la configuración espacial de esta ciudad, principalmente de sus sectores comerciales, que desde su llegada hace más de setenta años y su reconocimiento como cabildo hace poco más de una década ha resaltado la calidad pluriétnica y multicultural de Colombia. En la ciudad de Bogotá, donde actividades de diferente tipo convergen en el centro cultural y comercial, allí presentan día a día un gran flujo de personas, muchas de ellas para estudiar, trabajar, comprar o visitar en el caso de turistas, en dicha zona es común encontrarse gente de procedente de otras ciudades o países, y la idea que estas personas tienen de la ciudad son forjadas por las relaciones que desarrollan.
La cultura kichwa está ubicada principalmente en la provincia de Imbabura, al norte de Ecuador, la mayoría de sus comunidades se encuentran rodeando los volcanes de Imbabura y Tocatachi que en Ecuador son llamados Tayta Impapura y Mama Tocatache en la lengua local quechua, kichwa o runa-shimi. Localmente se dedicaban al cultivo de maíz, pimienta y algodón; la textileria manufacturera representa una de las actividades tradicionales que identifican al pueblo kichwa a nivel internacional, pues por su diseño y calidad no solo son de gran valor en Ecuador sino también en países latinoamericanos e incluso en Europa, Asia y Norteamérica. La alta demanda exigía el uso de máquinas análogas que aumentaban la producción efectuada generalmente por las mujeres, por otro lado, los hombres indígenas viajaban con la ropa o telas fabricadas para venderlas o cambiarlas; estos productos eran muy apetecidos por las otras culturas gracias a su calidad y diseño.
Las migraciones de la comunidad kichwa son una tradición nacida dentro de la civilización inca antes de la llegada de los españoles a América, donde los mitmakunas representaban a pueblo inca en otros grupos que eran leales o conquistados, desde entonces las migraciones se hicieron frecuentes aun después de la conquista española sobre Suramérica. A inicios del siglo XX, las comunidades rurales se trasladan hacia las principales ciudades kichwa como Imbabura u Otavalo, desde allí la actividad textilera crece por medio de ventas en otras ciudades de Ecuador. Algunos grupos deciden dar el paso y considerar a países vecinos para expandir sus ventas, entre esos Colombia, que a pesar de tener una comunidad kichwa en Amazonas, esta no ejercía la textileria.
La creencia cosmogónica del pueblo kichwa se basa en lo que es palpable, visible o lo podemos sentir, como el viento, la lluvia el fuego y demás elementos presentes en la naturaleza, todo esto creado por Pachacamac. Dividen el mundo en tres partes: Hananpacha, es decir, el mundo de arriba, donde se encuentran el sol o Tayta Inti y la luna o Mamakilla, hermanos y esposos en la religión incaica, este mundo está relacionado con una vida después de la muerte. Luego se encuentra Kaypacha que significa el mundo en el que estamos y vivimos los mortales, el presente, la tierra como superficie donde tenemos un contacto con la madre tierra o Pacha mama. Por último, el Ukupacha que se refiere al mundo terrestre bajo nosotros donde llegan quienes no vivieron su vida a plenitud sin realizar su objetivo en la vida. Cada comunidad kichwa era guiada por el individuo de mayor edad o Tayta, quien ayudaba a solucionar los problemas de la comunidad entre personas, familias o problemas personales de un mismo sujeto. Este guía espiritual llevaba a cabo reuniones con la comunidad en la que discutían dichos problemas y buscaban solución, todo esto mientras comían el piquete alrededor de la tulpa (fogata) .
En la próxima entrega veremos cómo esta comunidad ha desarrollado su música hasta consolidarse como una de las expresiones tradicionales más importantes de nuestra cultura andina.
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The Kichwa community, from the Imbabura region of northern Ecuador, has been accentuated in Bogota since shortly before the second half of the last century and has spread to different sectors of the city such as Las Ferias, Los Mártires, Santa Fe and Engativá ; The people adopted the practices of migration, trade and musical interpretation as part of their daily life, and also as part of their cultural identity. The activities they carry out in the capital, such as textiles, handicrafts or music, have a cultural significance. Therefore, from the practice of transnational migration, Kichwas can be defined as contemporary indigenous people who must face change by maintaining their traditions.
Kichwa people seeking to settle in places outside the native, have expanded into various locations around the world using this tradition, among other activities are trade of fabrics often handmade and musical performances in the case of Bogotá are attractive for people Born and raised in the city. All the people who live in Bogotá have gone to the cultural center, to the Bolivar Square, to the Gold Museum or have simply walked down the seventh avenue; In places like these the Kichwa people has contributed to the spatial configuration of this city, mainly in commercial sectors. Since their arrival more than seventy years ago and its recognition as a people a little more than a decade ago, the Kichwa have collaborated with the pluriethnic and multicultural quality of Colombia.
Kichwa people are located mainly in the province of Imbabura, to the north of Ecuador, most of their communities are surrounding the volcanoes of Imbabura and Tocatachi that in Ecuador are called Tayta Impapura and Mama Tocatache in the local language quechua, Kichwa or Runa -shimi. Locally they were dedicated to the cultivation of maize, pepper and cotton; The textile industry represents one of the traditional activities that identify the Kichwa people at an international level, because their design and quality are of great value in Ecuador, Latin American countries and even in Europe, Asia and North America. The high demand required the use of manual machines that increased production generally carried out by women, on the other hand, indigenous men were traveling with clothing or fabrics made to sell or change; These products were very wanted by the other cultures thanks to its quality and design.
The migrations of the Kichwa community are a tradition born of the Inca civilization before the arrival of the Spaniards to America, where the Mitmakunas represented Inca people in other groups that were loyal or conquered, since then migrations became frequent even after The Spanish conquest of South America. At the beginning of the 20th century, rural communities moved to the main Kichwa cities, such as Imbabura or Otavalo, from which textile activity grew through sales in other cities in Ecuador. Some groups decided to consider neighboring countries to expand their sales, among those Colombia, which despite having a Kichwa community in the Amazon jungle, it did not practice the textile industry.
The cosmological belief of the Kichwa people is based on what is palpable, visible or can be felt, such as wind, rain, fire and other elements present in nature, all created by Pachacamac. They divide the world into three parts: Hananpacha, that is, the world above, where are Tayta Inti (sun) and Mamakilla (moon), brothers and spouses in the Inca religion, this world is related to a life after death. Then there is Kaypacha which means the world we are in and we live the mortals, the present, the earth as surface where we have a contact with the mother earth or Pacha mama. Finally, the Ukupacha that refers to the world under us where they come who did not have a life to the fullest without realizing their goal in life. Each Kichwa community was guided by the older individual or Tayta, who helped solve community problems among individuals, families or personal problems of the same subject. This spiritual guide held meetings with the community in which they discussed these problems and sought solutions, all while eating the picket around the tulpa (bonfire).
In the next post we will see how this community has developed their music to become one of the most important expressions of our traditional Andean culture.