Vivencias: Mi primera vez que fui a ver un juego de beisbol al estadio Universitario de Caracas.

in introduceyourself •  7 years ago 

Saludos mis apreciados lectores, voy a darle una breve descripción mía, venezolano, nacido en caracas en septiembre del año 1958, piel blanca, 1:84 de estatura, 86 kg de peso, cabello canoso, casado con tres hijos, aficionado a los deportes en especial el beisbol, básquet, y el futbol, melómano hasta la medula espinal, siendo mi música favorita la salsa y el rock de los años 60ta y 70ta. Viviendo la mayor parte de mi vida en la parroquia La Pastora, con muchas vivencias, algunas muy buenas, otras buenas y algunas no muy buenas, compartiré con ustedes dichas vivencias, ya que mis hijos, mi esposa y algunos amigos me animaron a crear un Blog donde pudiera compartir con otras personas esa experiencias, y me dicen que son muy buenas.

Sin más preámbulos voy a comenzar a relatarle la primera vez que fui a ver un juego de beisbol profesional aquí en Venezuela, era un 12 de febrero del año 1967, el juego final entre Los Tiburones de La Guaira y Los Leones del Caracas, yo para esa fecha contaba 8 años de edad, y como son los hogares tradicionales de mi país y de muchos otros, los hijos generalmente son fanáticos del equipo que sea fanático su papá, y en mi caso, mi señor padre era fanático acérrimo de Los Tiburones de La Guaira, mi dos hermanos mayores son fanáticos de Los Leones del Caracas, y mis dos hermanas mayores de Los Tiburones de La Guaira, en fin, yo estaba en el medio, simpatizaba por los tiburones por complacer a mi papá, pero mi corazón me decía que los leones eran mi equipo a muerte.

Fui a ese juego junto con uno de mis hermanos y con un amigo de 10 años llamado Manuel que era fanático de la guaira y bien fastidioso por cierto con eso de obstinar a los fanáticos contrarios, el juego fue en el estadio universitario de caracas, conseguimos entradas para las gradas que costaron un bolívar, las gradas son unos grande escalones de cemento que quedan al final de los jardines o sea, que se ve el juego bien lejos y a los jugadores los ves de espalda, y para ver a los bateadores tienes que tener vista de águila o llevar unos binoculares, para entrar al estadio fue una odisea, hubo empujones, golpes, y groserías a granel, mi hermano no puso delante de él y entramos como si estuviéramos en una procesión de semana santa, ya adentro fuimos buscando un lugar para ver bien el juego pero era imposible, estaba totalmente lleno, y terminamos sentándonos detrás del jardinero derecho.

images.jpg Estadio Universitario.

beisbol1-ap-980x562.jpg Gradas del Estadio Universitario.

Mi hermano antes de ir a sentarnos buscó a unos vendedores que ofrecían algo llamado el pool, que era una apuesta que consistía en acertar quien anotaba la primera del juego, uno podía apostar al equipo de su preferencia pero la apuesta te la daban en un sobrecito sellado que contenía un papelito dentro el cual decía la posición del jugador que debía anotar la primera carrera del juego para poder ganar, es decir, salían las nueve posiciones hasta el lanzador, y si el jugador que te salió era el que anotaba la primera carrera ganabas, el costo era de un bolívar para ganarte la astronómica suma de 100 bolívares, que para la época era una fortuna literalmente hablando, a mi hermano le salió el primera base del Caracas que bateaba de séptimo y como anotó primero el equipo de La Guaira no ganó nada.

Luego de haber comprado su pool nos compró unas naranjas que vendían dentro y fuera del estadio, eran naranjas california que costaba 0,50 o sea, una moneda llamada un real en bolívares, el vendedor las ponía en una maquina que la aprisionaba por las dos puntas donde tienen la marca de donde guindaban en la mata y quedaba pegada a una cuchilla, el vendedor comenzaba a girar la naranja manualmente y esta comenzaba a perder la concha de punta a punta haciendo de la concha una gran tira larguísima, quedando solo parte de la piel blanca que la recubre, luego el vendedor desprendía la naranja de la maquina y con un cuchillo la cortaba por la mitad, aquello para mí era una delicia, me la comía completa, con piel incluida, luego nos compró unos pinchos que costaban 1,50 de bolívares, que son una vara de madera delgada y puntiaguda donde valga la redundancia, pinchaban pedazos de carne roja, pollo y chorizo, también incluia pedazos de hallaquitas que dividían los espacios entre las carnes, los pinchos los acompañamos con unas Pepsi Cola de botella de vidrio bien frías que costaban 0,25 o sea, una moneda llamada medio en bolívares, cada uno se comió dos pinchos bien resueltos quedando bien satisfechos todos, fuimos al baño a lavarnos las manos y ya el baño era una laguna en el piso, formada de agua y orina de las personas cochinas, los hombres orinaban donde mejor les parecía sin importarles nada, en la poceta, lavamanos o en cualquier lugar del baño.

1Boliv121.jpg Un bolivar.

279121-MLV20704190029_052016-C.jpg 0,50 centimos, que equivalían a un real.

moneda-de-venezuela-25-centimos-plata-un-medio-14-bolivar-D_NQ_NP_391121-MLV20704147394_052016-F.jpg 0,25 centimos equivalente a un medio.

Todavía recuerdo mi primera impresión al entrar a las gradas y ver el estadio en todo su esplendor, solo había visto los juegos por televisión y como recordaran los contemporáneos conmigo, eran en blanco y negro las trasmisiones, al ver el verde de la grama haciendo contraste con el rojo de la arcilla aquello fue impactante e inolvidable para mí, observé la vieja pizarra que estaba ubicada en la parte de atrás de las gradas por el lado de afuera de la estructura del estadio, era manejada manualmente, colocando los nombres de los jugadores, el de los equipos y los números con unas laminas de metal lo suficientemente grande para que fuesen leídos desde las tribunas y las casetas de transmisión que eran los lugares más alejados de dicha pizarra, los jugadores calentando antes del juego era un sueño hecho realidad, Cesar Tovar, Víctor Davalillo, José Tartabull, etc. Buscamos un lugar y nos sentamos en las gradas, era un domingo a las 11 de la mañana, el sol inclemente calentaba los escalones y lo sentíamos en nuestra piel, recuerdo como si hubiese sido hoy los gritos de los fanáticos, los vendedores ofreciendo sus productos, ver las jugadas en vivo, el sonido de la pelota bateada con los bates de madera, era un experiencia única, el juego fue transcurriendo con el equipo la guaira ganando cómodamente hasta la séptima entrada.

d_1795_800_600_90.jpg Estadio Universitario.

banesco-blog_victor-davalillo-y-cesar-tovar.jpg Victor Davalillo y Cesar Tovar.

1e1868b2dd62800582beab23a247e334.jpg José Tartabull.

Pero El Caracas logró reaccionar y hacer en ese séptimo innings 11 carreras encabezada esa reacción por un jonrón de Paulino Casanova con tres en bases y en definitiva, después de haber estado perdiendo hasta ese momento, en esa entrada lograron voltear el marcador y terminaron ganado 16 a 9, en ese innings pasó de todo, hasta golpes hubo, en un batazo por la tercera base de un jugador del Caracas Jim Hicks, el umpire Rivas Prim había solicitado tiempo, pero el lanzador de La Guaira no se percató, produciéndose un rolling sobre la tercera base en zona buena, y luego anularon la jugada, Pompeyo Davalillo que era el coach de tercera comenzó a discutir con el umpire de esa base y se le fue encima y se liaron a golpes, eso para mí era mucha adrenalina junta, y lástima que estábamos tan lejos y por eso nos perdimos muchos detalles de esa trifulca.

epd-pompeyo-davalillo.jpg

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Desde ese momento supe que llevaba a Los Leones del Caracas en mi ADN, y me he convertido en uno de sus más fieles seguidores, en las malas y en las buenas como debe ser, recuerdo que mi hermano me compró una gorra del Caracas que costó dos bolívares, era negra con una C blanca en el medio de la frente, y yo salí del estadio muy contento y orgulloso de mi equipo, luciendo mi gorra con mucho orgullo, y hasta el sol de hoy he seguido a mi equipo en todos los torneos y viviendo la gloria de todos sus títulos, sufriendo los malos cambios que han hecho la directiva desde que los dueños del equipo eran el Negro Prieto y Pablo Morales, Oscar Prieto y lo peor de lo peor, Los Cisneros, pero eso será tema para otras vivencias que muy pronto les relataré, has pronto apreciado lectores.

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Grumpy

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Nice to meet you, @grompyhistorias! Welcome to Steemit!

Muchas Gracias.

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#happysteeming

Muchas gracias.

Excelente post, bienvenido a esta comunidad, muchos éxitos y puras buenas vibras ¡saludos!

Muy agradecido, también te deseo mucho éxito y buenas vibras, saludos.

100% amante del béisbol, muy buen post y muy buenas fotos de grandes jugadores🇻🇪⚾️

Gracias mi hermano, próximamente voy a comentar mas a fondo sobre diferentes temas del béisbol, tanto el de Venezuela como el de las grandes ligas, saludos.

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